Cuando la política está por encima de la vida diaria y productiva de las personas.
Cristian Nielsen — Editor
ASUNCIÓN, 22-09-2021 (Chaco 4.0) – Imagine que Ud. debe viajar, tramitar algún documento que requiera certificado de antecedentes o renovar su cédula de identidad. Si Ud. no votó, por la razón que fuere, en Identificaciones lo podrán intimar de esta manera: “Usted debe pagar una multa o de lo contrario, no hay cédula, ni pasaporte o certificado de antecedentes”.
Esto es lo que aprobaron los senadores la semana pasada y ahora deberán hacerlo los diputados para convertir en ley este despropósito totalmente inconstitucional.
¿Cómo se atreven, los ilustres honrables del Congreso, a extorsionar a la ciudadanía con este verdadero atropello al derecho a disponer, sin impedimento alguno, de los documentos de identidad personal?
EL MUNDO AL REVES – Los políticos, especialmente los apoltronados en el Congreso, consideran que la política es más importante que el quehacer diario de los ciudadanos. Y que ir a votar por la verdadera galería de delincuentes que suele “adornar” las listas de candidatos a legisladores, presidente, intendentes municipales o concejales debe anteponerse a cualquier otra actividad, por valiosa que la consideremos.
En Estados Unidos, donde se sabe un poquito más que nosotros de democracia y elecciones, votar no es obligatorio, aunque hay una decena de leyes federales que protegen el derecho a votar sin distinciones de raza, origen, religión, preferencia sexual, condición económica, edad, etc. Pero votar es un acto más de la vida diaria, tanto que los norteamericanos eligen presidente el primer martes de noviembre, día hábil y de trabajo. En 2020, casi 200 millones de ciudadanos fueron a votar. Nadie los obligó ni mucho menos amenazó con multarlo si no lo hacía. Cualquiera que intentara llevar adelante una ley que, por ejemplo, privara al ciudadano del carnet de seguridad social, la lluvia de inconstitucionalidades que le caería encima sería imparable. Simplemente, la gente vota si los candidatos lo convencen y sin han pasado por un filtro mínimo de idoneidad y de conducta personal.
HAGANSE CARGO, SEÑORES POLITICOS – Multar a quien no acuda a votar y amenazarlo con privarlo de documentos esenciales es querer transferir al ciudadano la responsabilidad de que el abstencionismo sea creciente. Los políticos no quieren entender que la gente ya está harta de que un montón de sinvergüenzas sigan empotrados en la función pública, robando a mansalva, haciendo ostentación pornográfica de sus fortunas mal habidas y burlándose del ciudadano que apenas llega a fin de mes.
Mientras la política no logre expulsar a los facinerosos que se han apoderado del Estado y de los cargos públicos y los reemplace por ciudadanos decentes, competentes y con vocación de servicio, el abstencionismo electoral irá en aumento, pese a todas las amenazas y las extorsiones que por ley se intente imponer a la ciudadanía.
Basta de galerías de delincuentes haciendo fila para quedarse con la función pública.
Queremos verdaderos ciudadanos.