En Francia, la multa por matar un lobo equivale a 1.650 de los mejores corderos de faena.
ASUNCION, 11-07-24 (Chaco 4.0) – Si las normas hasta ahora conocidas de la Unión Europea nos parecen excesivas, les voy a mostrar ahora cómo están los propios europeos frente a regulaciones de la producción granjera que no terminan de sorprender. La última gema de la corona se denomina European Chicken Comitment, o compromiso europeo del pollo, un conjunto de normas promovidas por un grupo de oenegés dedicadas al bienestar animal. Hasta aquí todo bien. “ Otra regulación… más papeles para llenar” habrán pensado los castigados productores del viejo continente. Lo que no imaginaban Era el martillazo que implicaría para su ya desvencijada economía granjera.
MAS PAPISTAS…
Un estudio titulado “Costes e implicaciones del Compromiso Europeo del Pollo en la UE” puso en evidencia que el marco de normas promovido por las citadas oenegés excedía la legislación vigente de la UE.
Y vean de qué manera salvaje. Aplicar los “protocolos oenegé” acarrearía un sobrecosto adicional del 37,5% por kilogramo de carne, un aumento del 35,4% en el consumo de agua (12,44 millones de metros cúbicos adicionales de agua al año), un aumento del 35,5% en el consumo de forrajes (8 millones de toneladas extra), incremento del 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero por kilogramo de carne producida (¿?) y, por si faltara algo, una reducción del 44% de la carne total producida en comparación con los métodos estándar actuales. Como broche de oro, se detectó la necesidad de construir unas 10.000 nuevos pabellones avícolas, con un coste estimado de 8.240 millones de euros, para mantener los niveles de producción actuales.
Todo este brutal incremento se salda de una sola manera, aumentando los precios del producto final.
¡Ah! Si alguien ve en esta locura una oportunidad de mercado exportando pollos a la Unión Europea, primero deberá pedirle permiso a las oenegés de bienestar animal. ¿Por qué?
Porque el 84% de los europeos cree que las importaciones desde países no pertenecientes a la UE deben respetar las reglas del bienestar animal etiquetando los alimentos según las normas comunitarias.
Las poderosas oenegés se han vuelto más europeístas que la propia Unión Europea. O como dirían los católicos recalcitrantes, más papistas que el Papa.
UN LOBO VALE 1.650 CORDEROS
Si un pastor francés pierde la paciencia y mata a un lobo que le ha atacado por enésima vez su majada de ovejas, arriesga dos años de cárcel y una multa de 140.000 euros (Gs.1.232 millones). Un cordero de buena raza cotiza en el mercado francés mayorista 90 euros. Esto significa que la vida de un lobo equivale en Francia a 1.650 corderos criados a todo costo.
Un reciente fallo del Tribunal de Justicia de la UE desautorizó la caza de lobos (Canis lupus) “aunque sea para el control de la población y evitar daños económicos mientras el estado de conservación de la especie sea desfavorable”. Este caso se refiere al permiso otorgado por el Gobierno del Estado Federado del Tirol, en Austria, para el sacrificio de un lobo que supuestamente había matado 20 corderos. “Si esta especie está protegida -dice el TJUE- y su caza está vetada, sólo puede concederse una excepción a esta prohibición con el fin de evitar daños económicos si la población de lobos se encuentra en un estado de conservación favorable, lo que no ocurre en Austria”.
Así que los criadores de ovejas austriacos deben guardar su rifle y dejar a los lobos seguir hartándose con sus corderos.
Alguien debería escribir una obra titulada “Cómo entender a los europeos y no morir en el intento”, de lectura obligatoria incluso entre los propios productores del viejo continente que no terminan de sobresaltarse cuando ya le sale al paso una nueva norma fabricada por las incansables oenegés.
Este síndrome de “normatitis crónica” está llegando a nosotros.
Que no nos vuelvan locos.