¿Qué sigue? ¿Expulsar a todos los extranjeros que vinieron al país a invertir capital y trabajo?
ASUNCION, 24-09-2021 (Chaco 4.0) – Tierras malhabidas, brasileños invasores, concentración de la tierra… Argumentos como estos se escucharon el jueves 23 durante el debate de la ley que eleva las penas privativas de libertad para quienes atropellen la propiedad privada. Portavoz de este viejo y reseco discurso -que no ha pasado de tal pero que sigue dando rédito a políticos verborrágicos y efectistas- fue el senador Sixto Pereira, quien no dudó en desempolvar el hacha de guerra y cargar contra los autores del proyecto de ley.
Una de sus líneas argumentales fue cambiar el sentido del término “invasión”, sacando el reflector de los campesinos que demandan tierras -la ley no los cita en ninguna parte- para centrarlo sobre los productores de origen brasileño.
Afirmó, sin citar una fuente explicita de datos, que en los departamentos de Amambay, Canindeyú, Alto Paraná y Caaguazú, entre un 30 a un 35% de las tierras están en poder de brasileños, “los verdaderos invasores”, aseguró.
Es decir, que sólo el hecho de ser brasileños los convierte en invasores, al parecer, sea cual fuere el estatus legal que presenten, tanto en su persona como en su familia y en sus bienes.
El enfoque de este senador de la Nación es interesante porque está dirigido a plantear un gran interrogante sobre el presente y el futuro de los extranjeros que quieran radicarse e invertir en el Paraguay. No es poca cosa, ya que según las Naciones Unidas, la población de inmigrantes en el país era en 2019 de 160.519 personas, de las cuales el 47,11% procede del Brasil, de Argentina el 36,47% y de Uruguay el 1,87%. Eso sin contar con los descendientes directos de inmigrantes, en especial las comunidades de alemanes, ucranianos, menonitas, polacos, japoneses, brasileños y de otras nacionalidades que desde fines del siglo XIX han fundado pueblos, ciudades y han dejado su impronta social y cultural a lo largo y ancho del país. ¿Qué está proponiendo el senador, revocarles su condición y reexpedirlos a su país de origen?
A lo largo de su saga xenófoba, el senador Pereira mezcló todo, desde la dictadura estronista, los latifundistas explotadores, los ganaderos oligarcas y ese corsé de gran elasticidad dentro del cual cabe cualquier cosa: las tierras malhabidas. De ellas empezó a hablar en 1947 Carlos Pastore en su libro “La lucha por la tierra en el Paraguay” y desde entonces, tres cuartos de siglo atrás, lo único que se ha hecho es hablar y hablar, sin encarar soluciones eficientes a la regularización definitiva de la tenencia legal de la propiedad rural.
El Paraguay se merece una clase política menos amateur y más rigurosa. Con parábolas y retruécanos, refugiándose en la riqueza descriptiva y mordaz del guaraní, sólo se logrará el aplauso de los simples, dejando sin resolver el fondo del problema.
En eso están, lamentablemente, muchos legisladores.