Parálisis del sector financiero hace dificil a productores honrar US$ 3.200 millones en créditos y sostener la cadena de pagos.
Según estimaciones del Ing. Hector Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP) la campaña 19-20 de la soja está dejando al menos 10.500.000 toneladas de la oleaginosa en los centros de acopio y procesamiento.
Cristaldo aseguró que la comercialización de dicha producción marcha bien aunque los precios no están acompañando por el momento. Añadió que la crisis provocada por la epidemia del COVID 19 y la cuarentena e inmovilizaciones resultantes no llegaron a afectar al sector ya que toda la cosecha estaba resguardada en silos.
Sin embargo dos rubros sufrieron alguna merma. La soja zafriña fue alcanzada por el déficit de lluvias y mientras que el cultivo de maíz sufrió una merma de entre un 20 a 30% respecto a lo programado. Pero aseguró que habrá maíz suficiente para consumo interno y para cumplir compromisos de exportaciópn.
BUENAS PERSPECTIVAS – Para el ingeniero Cristaldo, el Paraguay está, entre los países de la región, en buena posición en cuanto a una potencial caída del PIB estimada por los organismos financieros y de cooperación internacionales.
“Uno de los motores fundamentales de la economía nacional, la soja, ya está en los silos y bien guardado” aseguró el presidente de la UGP, quien añadió:
«Los precios están muy por debajo de la expectativa abierta al comienzo de la cosecha. Pero esto ha sido compensado por una muy buena producción y creo que vamos a alcanzar 10,5 millones de toneladas o tal vez un poco más».
MOMENTO FINANCIERO CRITICO – El ingeniero Cristaldo puntualizó que lo que en este momento preocupa al sector es la inmovilidad del sistema financiero en momentos en que se deben honrar compromisos y movilizar recursos para las siguientes etapas de la producción.
Cristaldo consideró que aunque las medidas tomadas por el Gobierno en dicho sector son las apropiadas, los bancos no están acompañando ese impulso y muestran una inmovilidad que preocupa.
Los créditos pendientes en el sector productivo superan los US$ 3.200 millones y el ritmo y los plazos de estas cuentas no pueden sufrir tropiezos o retrasos porque eso encarece financieramente el proceso y ralentiza la cadena de pagos con consecuencias muy delicadas.
«Por eso es necesario el oxígeno y auxilio financiero para poder superar esta situación y ver después cómo se va a dinamizar la economía y dónde van a estar los niveles de venta y facturación para ver hasta dónde se aguanta” expresó Cristaldo a IP. “Es ahí donde se requiere del soporte del sistema financiero para los emprendimientos que son viables y sostener ese mal momento de cierre», concluyó el representante del sector productivo”.