Los recientes siniestros desatados en Agua Dulce y Bahía Negra pusieron en primer plano la necesidad de un mecanismo eficiente de alerta temprana.
Cristian Nielsen
En toda agencia gubernamental existe siempre un núcleo duro de funcionarios que saben su tarea. La Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) no escapa a la regla. Desgraciadamente, los vaivenes políticos sufridos reiteradas veces por este organismo han empañado la atmósfera de trabajo y relegado a puestos de segunda o tercera importancia a mujeres y hombres que se han capacitado largamente en la compleja función de prevenir y combatir emergencias y desastres con impacto en la población, los bienes y el ambiente.
UNA AGENCIA JOVEN — La SEN nació en 2005 (ley 2615) para
- Prevenir y contrarrestar los efectos de las emergencias y los desastres originados por los agentes de la naturaleza o de cualquier otro origen
- Promover, coordinar y orientar las actividades de las instituciones públicas, departamentales, municipales y privadas destinadas a la prevención, mitigación, respuesta, rehabilitación y reconstrucción de las comunidades afectadas por situaciones de emergencia o desastre.
El concepto de “prevenir y contrarrestar” está repetido varias veces en la ley de creación de la SEN. También el de “coordinar y orientar” las actividades de instituciones públicas. Y finalmente, acentúa la idea de “mitigar, rehabilitar y reconstruir” todo lo afectado por desastres naturales.
Es sobradamente sabido que la SEN está limitada en sus recursos materiales, siempre sujetos a recortes presupuestarios. Pero sin embargo dispone de muy buen capital humano para cumplir con sus fines específicos.
EJERCER LIDERAZGO –– Uno de ellos es ejercer liderazgo en la conformación de mecanismos de alerta temprana, vigilancia y acción preventiva en materia de incendios. La reciente emergencia en Bahía Negra y en Agua Dulce, Alto Paraguay, es una muestra palpable de todo lo que resta por hacer en la materia.
La SEN, desde su creación, mantiene excelentes vínculos con organizaciones de primera línea en la prevención y gestión de desastres como la FEMA de Estados Unidos, con la Agencia de Cooperación de Ultramar de Corea (KOICA), que en su momento donó a la SEN equipos de monitoreo y comunicación suficientes para establecer una red de alerta temprana de incendios rurales. Y con muchas otras organizaciones similares a la SEN en prácticamente todo el continente americano.
Es hora de que el capital humano valioso de que dispone este organismo estatal tome la dirección de la gestión y aplique una política más proactiva en materia de prevención de desastres naturales.