De Benjamín Franklyn a Benigno López, el aforismo se cumple a rajatabla.
Se atribuye al inventor y político norteamericano Benjamín Franklyn haber dicho: “En ese mundo nada es seguro, salvo la muerte y los impuestos”. En el Paraguay el aforismo ha hecho carrera y los cultores de la idea, atrincherados en las oficinas de tributación, están decididos a hacerla realidad contra viento y marea.
Desde hace un mes, los productores agrupados en la UGP, Capeco y ARP vienen advirtiendo sobre la grave situación que enfrenta el sector productivo por la sequía, la caída de precios internacionales y los aumentos de los costos de producción.
Estas serán variables que van a pesar sobre la próxima campaña, mientras miles de agricultores arrastran problemas desde 2015, un mal año que los obligó a refinanciar sus deudas dividiéndolas en cuotas que todavía no han terminado de pagar. ¿Y cómo responde el Gobierno frente a esta realidad?
Lo explica el presidente de la UGP, Ing. Hector Cristaldo:
“Quieren retener el IRAGRO como si uno hubiese ganado plata, cuando sabemos bien que hay 2.550.000 hectáreas sin ganancias. No corresponde una retención en este momento porque representa un peso más para el agricultor que a duras penas está equilibrando sus finanzas”.
Los gremios sostienen que es imprescindible la derogación de la resolución 15/19 de Hacienda que obliga al pago del tributo sobre la facturación de lo producido sin importar si el agricultor ganó o perdió con la cosecha.
Y luego, el tema del IVA. Aurio Frighetto, de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP), filial Alto
Paraná, sostiene que quien en realidad lo paga es el productor. “Cualquier agricultor le va decir lo mismo y es que las agroexportadoras, al comprar la soja, retienen un 60% de IVA al productor. Y esa plata que nos cobran es la que luego el Gobierno les devuelve”. Frighetto agregó que si con la reforma tributaria se elimina la devolución del IVA, los industriales van a terminar pasándole el costo a los productores. “Somos nosotros –dijo- los que en realidad pagamos el 100% del tributo”.
Este reclamo lo vienen haciendo los productores desde hace años. Cada Gobierno, a su tiempo, ha tenido la misma respuesta: “Pague ahora y proteste después”.
La muerte y los impuestos. No pocas veces, ambas cosas van juntas, la una como consecuencia de la otra. Ojalá este no sea el caso.