Corroídos por la parasitosis múltiple, los cofres del Estado necesitan dinero fresco.
La desfachatez conque la clase política paraguaya se apresta a meterle de nuevo la mano en el bolsillo al ciudadano no tiene límites. Ahora el ministro de Hacienda ha depositado en el Congreso la responsabilidad de considerar y aprobar el proyecto de ley “de modernización y simplificación del sistema tributario”. Pamplinas. Pomposas palabrejas con las que pretenden disfrazar la verdadera intención: aumentar los impuestos.
En este espacio nos preguntábamos, semanas atrás, dónde está el proyecto de ley de reforma del gasto público que acompañe el que propone aumentar los impuestos. En cualquier Estado moderno regido por la eficiencia, lo que mejor funciona es la racionalización del gasto antes de sacarle más plata al contribuyente. La pregunta nunca fue respondida. En realidad, a los políticos –oficialistas, opositores, neutrales o tránsfugas- les interesa un corno abandonar su adicción a vivir del dinero público. Y esa condición la pasan a toda su familia, allegados, colaboradores y a todo aquel que, patrocinado por el politicastro de turno, se apoltrone en una oficina pública a cambio de rendirle al padrino una tajada de lo que va a cobrar. Así funciona esta comunidad piratesca.
El diario ABC Color hizo una magnífica radiografía familiar de un diputado liberal llanista que empotró nada menos que a 16 familiares suyos en el Estado, comenzando por su propia esposa escoltada por toda la parentela. Entre todos cobran al año 1.441.960.000 guaraníes, aguinaldo incluido. Sumando los 442.000.000 del propio diputado, este clan desvergonzado embolsilla al año la bonita suma de 1.883.960.000 guaraníes a cuenta y cargo del contribuyente.
Ya nos lo hemos preguntado antes y volvemos a hacerlo. ¿Para qué demonios está la Secretaría de la Función Pública si estas catervas de haraganes rentados se le ríen en la cara al titular de esa repartición? ¿Por qué no derogan ya mismo la ley que prohíbe el nepotismo en la función pública si casos como el del diputado de marras se repiten hasta el infinito en el Estado paraguayo?
Aún así, ante ejemplos tan contundentes que desnudan la voracidad ilimitada de estas colonias de parásitos presupuestarios, estos impresentables van a apretar más aún el cogote a los ciudadanos decentes que con su trabajo y su esfuerzo llenan el tesoro público.
Tesoro que, como queda demostrado, atrae cada día a nuevos piratas.