La resolución 1115/2023 de la UE exige el cumplimiento de prerrequisitos ambientales y legales unilaterales incumplibles para exportar al bloque europeo.
Mientras los productores sostienen una dura lucha contra las arbitrariedades regulatorias de la Unión Europea, hay oficinas del Gobierno que mantienen un verdadero connubio con los operadores del bloque europeo, generosos para repartir recursos prebendarios -bajo el amplio paraguas de la “cooperación”- si con ello aseguran la incondicional e incontestada adhesión de auténticas colonias de parásitos presupuestarios a la política de sostenibilidad tal como unilateralmente exige la Unión Europea.
El Vice Ministerio de la Agricultura Familiar Campesina (VMAFC) emitió días atrás un edulcorado comunicado diciendo: ¡Avanzamos juntos hacia un futuro sostenible!, así, con signos de admiración como si debiéramos caer rendidos ante tan rotunda elocuencia. El comunicadillo está lleno de frases como esas anunciando haber alcanzado “un hito en nuestra colaboración para promover la producción sostenible en Paraguay”...
UNOS LUCHAN Y OTROS… Mientras el Presidente de la República y la Cancillería plantan ante la Unión Europea un vademécum de preguntas sobre su polémica resolución 1115/23, el Ministerio de Agricultura se regodea con sus socios de la UE anunciando “avances notables en los programas de cooperación para la sostenibilidad”. De la amenaza real y directa que presenta la resolución 1115/23 para el futuro de las cadenas de producción del Paraguay no dicen ni pío.
Antes de seguir marcaré una diferencia fundamental.
Mientras el sector productivo genera los recursos sanos, sólidos e independientes que impulsan el desarrollo del país, los burócratas atrincherados detrás de estas creaciones semántico presupuestarias viven de las dádivas de que son dotadas las redes de oficinas creadas por la omnipresente Unión Europea. Los sectores productivos paraguayos pueden tambalearse bajo la sequía, las enfermedades o los bajos precios internacionales. Pero basta una buena cosecha para recuperarse y seguir adelante. En cambio, estos colmenares de oficinas de nombres pomposos y fines inútiles, caen muy pronto bajo el síndrome de abstinencia si no reciben la platita de Mamá Europa, sobre todo cuando las partidas presupuestarias empiezan a agotarse.
LABERINTO BUROCRÁTICO – La siguiente enumeración de entelequias (*) garantiza suficiente “trabajo” para un montón de gente… en oficinas con aire acondicionado, Netflix y delivery finamente gastronómico al mediodía.
- RENAF, Registro Nacional de la Agricultura Familiar.
- SIDERPAFC, Sistema de Defensa, Restauración y Promoción de la Agricultura Familiar Campesina.
- CIAFC, Consejo Interinstitucional de la Agricultura Familiar Campesina.
- FOSORCT, Fondo Solidario de Reserva de Tierras para la Agricultura Familiar Campesina. Una de las fuentes de este fondo se alimenta de “todas las tierras rurales que ingresen al patrimonio del estado por distintos mecanismos judiciales, administrativos o de cualquier otra naturaleza”.
- CONAPTER, Comisión Nacional Permanente de Regularización de la Tenencia de la Tierra Rural.
- SAPAFCA, Seguro Agrícola Para la Agricultura Familiar Campesina. El SAPAFCA es presidido por el VMAFC y trabaja conjuntamente con el SIGEST y el MAG con participación de la OEE.
- MECINTAR, Mesas de Coordinación Interinstitucional Departamental Para el Desarrollo Agrario y Rural.
- MISA, Manual de Inspección de Siniestros Agrícolas.
- DAO, Dirección Adjunta de Operaciones.
- AO, Ajustador de Siniestros
- SICAD, Sistema de Canalización de Denuncias.
- FOGASAFC, Fondo de Garantía para el Seguro Agrícola Familiar Campesino.
GREMIOS CONTRA PLATAFORMA DE TRAZABILIDAD UE-REDIEX
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(*) El «baile» de siglas empieza aquí: