Ambientalistas extremos quieren fulminar la economía de mercado para instaurar una “sociedad verde”.
Por Cristian Nielsen, Editor
ASUNCION, 02-02-2021 (Chaco 4.0) — A los cultores del ambientalismo extremo les ha aparecido un nuevo curro de reciente formación. El prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) inauguró en 2015 el denominado Green Future Index que mide la posición de 76 países en el mundo según emisiones de carbono, transición energética, sociedad verde, innovación limpia y política climática. Su misión es “construir un futuro con bajas emisiones de carbono”.
El index de referencia se permite colocar al Paraguay penúltimo en el mundo (75°) y último en América Latina, lo cual indica, sobre todo, el poco rigor que tiene el índice por muy MIT que sea su patrocinante. Además, parte de presupuestos que la comunidad científica internacional seria ha empezado a desmontar con argumentos.
VISION DISTORSIVA – El GFI equipara el carbono a la categoría casi de veneno al proponer su disminución a la más baja cota posible eliminando el CO2 de origen antropogénico.
Sin embargo, una cantidad creciente de científicos considera que el aumento del CO2 no sólo no es perjudicial sino todo lo contrario. Entre ellos, el Dr. Albrecht Glatzle, Agrobiólogo, doctor en ciencias agrícolas y ex director de investigación del INTTAS, de quien tomamos algunos apuntes de un documento en el que desmonta, uno a uno, los argumentos de un informe de la ONU sobre el cambio climático.
- El CO2 del aire es la única fuente de Carbono para toda biomasa. Cientos de publicaciones científicas lo confirman. Por lo tanto, es un nutriente importantísimo y limitante para las plantas.
- El suave aumento del CO2, de 0,03 a 0,04% desde el inicio de la industrialización, ha sido comprobadamente beneficioso para la naturaleza, la agricultura y la seguridad alimentaria.
- Debemos atacar los problemas reales del mundo y de la humanidad y no perder tiempo y dinero en intentos de alcanzar lo imposible, es decir, controlar el clima mediante el combate del aliado natural de todos los agricultores y ganaderos, el CO2.
- No hay justificación seria para la descarbonización (emisión cero de CO2) de las economías exigida por el Acuerdo de Paris.
ARTICULO COMPLETO: «No demonizar el nutriente esencial para la vida: El CO2».
TRANCISION ENERGÉTICA – El concepto de transición energética contenido en el Index señalado significa una mudanza en la generación de energía eléctrica que emplea petróleo, gas natural, lignito y carbón hacia fuentes limpias de CO2 como la eólica, hidroeléctrica, solar, geotérmica y marina.
Si quienes armaron la tabla y categorización de países se hubieran tomado la molestia de analizar Paraguay, hubieran encontrado que mientras Chile, Colombia y México queman carbón, gas natural y petróleo para generar, respectivamente, el 52, 30 y 62% de su energía, Paraguay utiliza 0% de combustibles fósiles ya que el 100% de la energía la genera en tres plantas hidroeléctricas. Y hay reserva para varias décadas. Sin embargo, los tres países quemadores de carbón, gas y petróleo figuran muy, muy por encima del Paraguay en la tabla.
Aquí la transición se produjo hace ya medio siglo. En los demás países del continente, aún está en proceso.
¿En qué quedamos?
SOCIEDAD VERDE – Esta etiqueta esconde algo más que un modelo de adecuación ambiental con menor emisión de carbono atropogénico. Implica toda una mudanza ideológica con sustitución de la economía liberal tal como la conocemos. Veamos lo que dice, en una entrevista, Sean Sweeney coordinador de los denominados Sindicatos por la Democracia Energética (TUED) del Reino Unido al Portal Nueva Sociedad:
“Si partimos de la base de la necesidad científica de «descarbonizar» el capitalismo al nivel que es requerido, necesitamos, e inclusive lo dice la Agencia Internacional de Energía, cambios revolucionarios en la producción y el consumo. Eso no es negociable. Debemos respetar a la ciencia, bajar las emisiones de manera abrupta, pero eso parece imposible de imaginar dentro de un paradigma capitalista en ascenso. Tampoco se trata de morirse de hambre ni de volver a las cavernas con pequeñas velas y comer insectos. De lo que se trata es de realizar un desarrollo social significativo. Y esto sólo podrá llevarse a cabo si los trabajadores del mundo son parte de la lucha. No podemos organizarnos sólo en torno a la crisis climática, no podemos organizarnos solamente alrededor de un tema. Tenemos que tener un programa general de transformación que sea económico, ecológico y social”.
¿Está claro, verdad? Quienes crean que el ambientalismo extremo se contenta con los generadores eólicos y el veganismo se están equivocando severamente.
PARAGUAY ES ACREEDOR, NO DEUDOR – Lo hemos dicho no una sino muchas veces en este espacio de información y reflexión: El Paraguay no es deudor sino acreedor en términos ambientales.
Como queda dicho -y probado por expertos-, si el dióxido de carbono fuera un veneno, veamos quienes son los que más “envenenan” la atmósfera: China, el primero del mundo, pero figura en el index muy por encima del Paraguay. También lo está Alemania, séptima entre los mayores emisores de CO2 pero 11° en el curioso index del MIT. Canadá, puesto 12 como mayor generador de CO2, está sin embargo 14° en el index.
Aparte de producir “energía limpia”, el Paraguay progresa gracias a una agricultura de avanzada, adscripta a la siembra directa con prácticas conservacionistas que son un modelo mundial.
Pero todo esto va a seguir siendo, por lo visto, el secreto mejor guardado por “investigadores” que sólo ven lo que quieren ver y que han pronosticado un Paraguay cada vez más distante del “futuro verde”.
Más perversidad es imposible imaginar.