El Dr. Albrecht Glatzle desmonta, uno a uno, los argumentos del reciente informe de la ONU sobre el cambio climático.
Chaco 4.0 invita a leer detenidamente este artículo y, en especial, las citas que contiene y que enriquecen notablemente su valor científico. Su autor frecuenta los más importantes foros mundiales dedicados a debatir con rigor temas vinculados a la sostenibilidad de la vida en la tierra, lejos de fundamentalismos e ideologías que empañen la verdad.
Por el Dr. Albrecht Glatzle
Agrobiólogo y doctor en ciencias agrícolas. Fue catedrático de la Universidad de Hohenheim, Alemania.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU ha lanzado en estos días un nuevo informe especial sobre ‘el cambio climático, la desertificación, la degradación de suelos, el manejo sostenible, la seguridad alimentaria y el flujo de los Gases de Efecto Invernadero en ecosistemas terrestres‘.
Exige urgentemente la drástica reducción de las emisiones de GEI, el freno inmediato de la deforestación, la renuncia al consumo de carne vacuna y la adopción de una ‘transformación radical hacia un uso global de la tierra y un sistema alimentario que satisfaga nuestras necesidades climáticas’.
Además pinta una imagen oscura del estado de la Tierra que está, dice, en proceso de degradación y desertificación.
Este informe ha recibido mucha atención en los medios, por ejemplo aquí: https://www.agenciasinc.es/Noticias/La-ONU-pide-reducir-el-consumo-de-carne-para-frenar-el-cambio-climatico
Todas las noticias sobre dicho informe reflejan
- 1) Alarmismo y
- 2) La demonización del nutriente más esencial de la vida, el CO2, como contaminante.
A continuación, algunas reflexiones y comentarios míos con respeto a estos dos puntos poniendo en duda su justificación.
COMIDA PARA EL MUNDO — Nunca antes el mundo alimentó 7.500 millones de habitantes con un bienestar relativamente bueno, limitando la ocurrencia de hambre grave básicamente a regiones en guerra o bajo el socialismo.
2017 ha sido un año record en la producción de cereales a nivel global. Y se anticipa para el 2019 otro año record para el trigo.
Seguramente, más del 99% de los alimentos consumidos por la humanidad han sido producidos fuera de los bosques (si no consideramos las plantaciones de frutales y oleaginosas como bosques). Estimo que dichos alimentos han sido producidos en un 80%, como mínimo, en superficies deforestadas.
NO HAY DESERTIFICACIÓN — La Tierra en general no está en proceso de desertificación. Al contrario aumentó la cobertura vegetal y también la superficie boscosa a nivel mundial desde 1982, en parte, gracias a la acción humana y también gracias al CO2, ligeramente elevado debido a la quema de energías fósiles. https://www.nature.com/articles/s41586-018-0411-9
Sudamérica es el continente con mayor cobertura boscosa a nivel mundial (alrededor de 47%), gran parte bosques nativos. Además, los países sudamericanos cuentan con legislaciones ambientales rigurosas con importantes restricciones referentes al cambio de uso de las tierras, generalmente sin indemnización para los dueños de la tierra. Además desde el inicio de este siglo se registró un aumento neto de la cobertura boscosa en Sudamérica: https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/03066150.2014.917371?journalCode=fjps20
VARIACIONES NATURALES — No existe absolutamente ningún indicio de que los climas actuales de la Tierra estén fuera de las variaciones naturales del Holoceno (últimos 10.000 años desde el fin de última era glacial). El clima siempre ha cambiado, pero durante el Holoceno, incluso la actualidad, ha sido sorprendentemente estable.
Entonces, contrariamente a lo que exige la ONU, no veo motivo para alarmismo o acciones precipitadas.
DEMONIZANDO EL CO2 — Referente a la demonización del CO2 por parte de IPCC, existen cientos de publicaciones confirmando que el CO2 del aire es la única fuente de Carbono para toda biomasa. Por lo tanto, es un nutriente importantísimo y limitante para las plantas. El suave aumento del CO2, de 0,03 a 0,04% desde el inicio de la industrialización, ha sido comprobadamente beneficioso para la naturaleza, la agricultura y la seguridad alimentaria.
Una reseña del impacto de CO2 (capítulo 5.3.):
http://climatechangereconsidered.org/wp-content/uploads/2018/12/5-Environmental-Benefits-final.pdf
La subida del CO2 tuvo múltiples efectos positivos; por ejemplo genera, gracias a su efecto fertilizador, cada año alimentos adicionales por valor de US$ 140.000 millones:
http://www.thegwpf.org/content/uploads/2015/10/benefits1.pdf
También hay más vegetación en los desiertos gracias a la subida de CO2:
https://www.csiro.au/en/News/News-releases/2013/Deserts-greening-from-rising-CO2
Se ha comprobado además la existencia de un mayor índice de área foliar en la mayor parte de la superficie terrestre gracias al aumento del CO2:
https://www.nature.com/articles/nclimate3004
https://www.nasa.gov/feature/goddard/2016/carbon-dioxide-fertilization-greening-earth/
Es un hecho el aumento de la producción primaria bruta en la vegetación a nivel global gracias a la subida de CO2:
https://www.nature.com/articles/nature22030
¿DESCARBONIZACIÓN? ¡NO! — No hay justificación seria para la descarbonización (emisión cero de CO2) de las economías exigida por el Acuerdo de Paris. El desarrollo y uso de las energías fósiles ha sido una bendición para la humanidad, y seguirá siendo de gran importancia en el futuro: http://climatechangereconsidered.org/wp-content/uploads/2018/12/1-Environmental-Economics.pdf
La prohibición y reglamentación del mercado energético libre tendría consecuencias graves para la humanidad. El fracaso total de la Energiewende o Revolución Energética en Alemania (que abordaré en otra oportunidad) es la prueba. La implementación del Acuerdo de Paris tiene la alta probabilidad de resultar en el empobrecimiento general de la humanidad.
No dudo que se podrían plantar 500.000 millones de árboles -como sugiere el IPCC- en la superficie terrestre con un efecto (limitado) de secuestro de carbono. Pero temo que con esta acción vamos a competir gravemente con las superficies agrícolas de manera que se pone en riesgo la seguridad alimentaria global. Y además multiplicaríamos, con seguridad, el número y la extensión de los incendios forestales cada año.
SIN ARGUMENTOS — Las emisiones antropogénicas del CO2 (que han causado un aumento de la concentración del CO2 en la atmósfera de 0,01 por ciento en los 150 años pasados) no tienen el potencial de causar disturbios peligrosos para el clima. En la última parte de mi publicación más reciente explico las contradicciones e inconsistencias dentro de la argumentación del IPCC en este contexto:
Esta publicación rebate la acusación de que la ganadería impulsa el cambio climático, señalando errores metodológicos fundamentales cometidos por el IPCC y la FAO y demostrando, además, la inocencia del CO2 y la insignificancia de las emisiones ganaderas de metano en el balance global.
La argumentación del IPCC es incapaz de explicar los irrefutables calentamientos preindustriales. Consiste básicamente en los siguientes elementos:
- La minimización de la influencia solar en el clima.
- La inflación enorme de la supuesta influencia climática de la emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, sobre todo del CO2
- La suposición de niveles bajos y constantes de CO2 en tiempos preindustriales
- La admisión de la existencia de un “20th Century Grand Solar Máximum” (Capitulo 8.4.1.3 en AR5, 2013) pero sin reconocer su impacto sobre el clima, digno de mención.
La comprobación de prominentes y numerosos calentamientos preindustriales durante el Holoceno refuta todo el concepto del IPCC que se basa en una proporcionalidad (inexistente o accidental) entre el CO2 y la temperatura. Dichos calentamientos han sido comprobados, por ejemplo, por el glaciólogo Gernot Patzelt de la Universidad de Innsbruck, quien dedicó su vida profesional a la recuperación y determinación de la edad de troncos de árboles que crecieron bien encima del límite arbóreo actual en todos los Alpes. Concluyó que el 65% del Holoceno ha sido más caliente que la actualidad: ¡IPCC rebatido!
Una publicación recién editada por una revista científica muy prominente reconfirma lo que no ha sido controvertido durante dos siglos de climatología moderna (perturbado por el IPCC con su mandato de demostrar la influencia humana en el clima): la actividad solar como causa de las variaciones climáticas en la Tierra: https://www.nature.com/articles/s41598-019-45584-3
SIN RAZONES PARA ALARMARSE — En conclusión: no existe ningún motivo para seguir al IPCC en su alarmismo y su combate al CO2. El mundo se encuentra en mejores condiciones de las que quiere hacernos creer el IPCC.
Debemos atacar los problemas reales del mundo y de la humanidad y no perder tiempo y dinero en intentos de alcanzar lo imposible, es decir, controlar el clima mediante el combate del aliado natural de todos los agricultores y ganaderos, el CO2.
Si, el CO2 tiene su valor y merecería un precio, pero por favor, ¡no su eliminación!