El costo operativo de Itaipú para producir un kilovatio es apenas el 22,5% del total presupuestario.
ASUNCION, 12-05-2024 (Chao4.0) – La nueva tarifa de Itaipú es de US$ 19,28 el Kw en contraposición de los US$ 16,71 que la Binacional está cobrando. Según el Presidente de la República y todos sus colaboradores directos, la nueva tarifa es muy beneficiosa para el país porque permitirá un ingreso al fisco de varios cientos de millones de dólares anuales. No voy a entrar aquí en disquisiciones sobre lo que se ha hecho con los famosos fondos sociales de Itaipú y cómo se han enriquecido con ellos los más refinados parásitos de la política basura.
Las cuentas claras. Un estudio de consultoría (RSS y Asociados) indicaba en 2021 que “del presupuesto económico global de 2020, US$ 2.064,9 millones (62,7%) son el servicio de la deuda. Es este el importe que empezará a bajar próximamente y a reducirse al 0% en el 2023 por habérsela para entonces amortizado totalmente”.
Le siguen en orden de importancia los gastos de explotación, esto es, lo que le cuesta a Itaipu (deuda y servicios sociales aparte) producir su energía: US$ 805 millones, el 22,5% del total. Los gastos sociales cargan el costo con otro 15,7%.
Pregunta incómoda: Sin servicio de deuda y sin gastos sociales, ¿a cuánto podría entregar Itaipú cada kilovatio?
EL REAL BENEFICIO – Beneficioso para el desarrollo nacional hubiera sido tener una tarifa mucho más barata, que era lo que proponía Brasil. Al contrario, ha triunfado la teoría de la más cara. Según el presidente Peña, ello permitirá un ingreso anual de US$ 1.250 millones que se destinará a la creación de centros de promoción de la salud, alimentación y educación para todos los niños del Paraguay… y un largo etcétera.
¿No es un poco retorcido como método de gestión pública? Las obras de infraestructura se encaran con recursos ordinarios, debidamente planificados y con el apoyo de préstamos de desarrollo, todo incluido dentro del presupuesto general de la nación (PGN), la mejor forma de programar y controlar gastos administrativos y de inversión en un gobierno.
TOMARON OTRO CAMINO – La energía eléctrica debe concurrir al mercado cumpliendo los requisitos propios de un servicio esencial: Disponibilidad segura, buena calidad, el menor precio posible y provenir de fuentes limpias y renovables. Este es un insumo básico para cualquier emprendimiento del tamaño que sea y en el lugar que sea. Ese y no otro es el propósito de una central de producción de energía. Pero como insisten en hacerle cumplir a Itaipú un rol de fondo financiero y crediticio que no le compete, terminamos pagando la energía más cara y sin ninguna seguridad de que la lluvia de dólares de la que alardea el Presidente de la República llegue a destino sino que más bien tome otro camino.
El rubro gastos sociales de Itaipú es una alfombra que si se la levanta, lo único que saldrá de allí es olor a podrido. Es histórico el despilfarro que han sufrido esos recursos pagados a costa de una tarifa eléctrica que podría ser mucho más conveniente para el desarrollo nacional si se limpiara la administración del ente de los gastos parásitos de la política.