En Europa, los granjeros dan la gran batalla contra el exceso de restricciones. La foto de arriba no es de una quema de basura en el tercer mundo sino la frontera entre Bélgica y Países Bajos.
ASUNCION, 11-02-2024 (Chaco 4.l0) – La producción agrícola y ganadera a escala masiva tal como ocurre hoy era impensable medio siglo atrás. Durante la década 71-80, las exportaciones totales sumaron US$ 1.300 millones por algo más de 5,8 millones de toneladas, la mayor parte de ellas -por no decir la totalidad- procedentes de la actividad agrícola, ganadera y de las industrias transformadoras.
Cincuenta años después, la matriz exportadora no ha variado demasiado en cuanto a componentes del abanico de productos, pero el vuelco en cantidad y calidad ha sido dramático. Hoy, con una buena temporada en producción y exportación de carne bovina y granos, las magnitudes alcanzadas durante toda la década de los ’70 se consiguen fácilmente en un trimestre.
Esta evolución no ha sido producto de la casualidad sino de una combinación de factores que intentaré enumerar sin olvidar por lo menos los principales.
LO TECNOLÓGICO
- Incorporación masiva de la mecanización. Se la considera una rama de la ingeniería agrícola, cuya misión es diseñar y recomendar máquinas y equipos de uso en cultivos a escala que permiten incrementar la productividad y eficiencia.
- Adopción del sistema de siembra directa. “El SSD tiene su fundamento en la ausencia del revolvimiento del suelo, en su cobertura permanente, en la rotación de cultivos y en el manejo integrado de plagas, enfermedades y malezas. Estos son los cuatro pilares fundamentales del sistema” (Ing.Agr. Martín María Cubilla).
- Utilización de biotecnología: “La biotecnología agrícola moderna comprende una variedad de instrumentos que emplean los científicos para comprender y manipular la estructura genética de organismos que han de ser utilizados en la producción o elaboración de productos agrícolas” (INBIO, portal oficial). Esta técnica permite el desarrollo de lo que hoy se define como “agricultura sostenible con biotecnología”.
- Digitalización, GPS y sensores remotos. Se está generalizando el uso de maquinaria agrícola programada mediante módulos computarizados incorporados a tractores, sembradoras, pulverizadoras y cosechadoras. Estos instrumentos optimizan el uso de toda clase de implementos, especialmente en la aplicación exacta de costosos insumos como los fertilizantes, fungicidas y plaguicidas. Hoy un tractor puede ser guiado por GPS, ahorrando horas de funcionamiento y reduciendo costes operativos.
LO SOCIOECONÓMICO
- Vuelco a la cadena soja-maíz: Miles de pequeños productores con fincas de menos de 20 hectáreas migraron a la cadena de la soja y el maíz. Quebrado el algodón como modelo de producción familiar en los ‘90, los agricultores se sumaron a la producción de soja y maíz mediante la incorporación de técnicas de siembra directa, utilización de semillas de alto rendimiento, muchas de ellas OGM, aplicación de los más avanzados defensivos agrícolas, fertilizantes etcétera.
- Productores organizados: Sin olvidar el modelo familiar, los pequeños productores se organizan en comités de 20 o 30 agricultores, una suerte de pool de siembra que maximiza el rendimiento de las pequeñas fincas. Dicho modelo organizativo facilita la gestión de semillas de alta genética, el aprovechamiento racional de maquinaria agrícola y, lo más importante, asegurar mercados donde comercializar sus productos.
- Ruptura de la cadena de miedo: Muchos pequeños productores que decidieron abandonar la agricultura de subsistencia para incorporarse a las cadenas de valor de la soja y del maíz sufrieron y siguen sufriendo la hostilidad de activistas movilizados por oenegés fuertemente ideologizadas y pagadas desde el extranjero. La invasión de fincas, el atropello a los domicilios familiares y hasta la quema de maquinaria e implementos no logran doblegar la voluntad de estos pequeños productores que, en número creciente, se incorporan a la producción con el modelo de agronegocio que les está dando excelentes resultados. La cadena del miedo ha empezado a romperse.
LO POLÍTICO
- El gobierno cierra filas. Luego de una larguísima etapa de tibieza y casi indiferencia, la conducción política del país decidió cerrar filas con los productores y adoptar una posición firme frente a exigencias que, como las de la Unión Europea, sólo complican el acceso a los mercados, aumentan los costos de producción e imponen regulaciones con las cuales ni los propios integrantes de la UE están de acuerdo. Mención especial merece, en este capítulo, la postura de alta política apoyada en ciencia y llevada a los estrados internacionales por el ingeniero agrónomo Santiago Bertoni en sus días de ministro de Agricultura y Ganadería.
- Los gremios en alerta. Los gremios de la producción han lanzado una alerta permanente bajo el lema
Unidos, informados y alertas, para que ningún acuerdo, convenio, iniciativa o normativas unilaterales frene el desarrollo sostenible del país.
COMENTARIO DE CIERRE
La organización del vasto y complejo sector de la producción y la postura internacional firme del Gobierno permiten al Paraguay enfrentar los desafíos de un mundo en permanente transformación. Tengo el convencimiento personal de que esta fiebre que se ha apoderado de Europa terminará remitiendo y poniendo las cosas en su lugar. Cuando eso ocurra, el mundo verá -si quiere hacerlo- que el Paraguay jamás se ha opuesto a la vigencia de regulaciones razonables y basadas en ciencia no en ideología. Por lo demás la producción paraguaya de alimentos cierra los parámetros de calidad, inocuidad y competitividad que los ha llevado a los primeros lugares en los mercados de comercialización.
Dicho esto, el país ya no permitirá ser arrastrado a aventuras políticas maquilladas de ambientalismo, que lo único que han logrado hasta ahora es alterar los delicados sistemas de producción -como es el caso de Europa- agregándoles, además de incertidumbre, costos tan insostenibles como injustificables cuya aplicación in extremis obliga a sus víctimas a levantamientos sociales que inevitablemente terminan en procesos políticos convulsionados. El tractorazo europeo ha comenzado a alterar la vida diaria de 600 millones de ciudadanos que deben asistir perplejos a paradas de tractores, apilonamiento de piensos y regadío con fertilizantes líquidos que transforman brutalmente la cara de las coquetas y prolijas ciudades de Europa. Y el conflicto no tiene final a la vista, al menos por ahora.
Como dijera Oliver Cromwell a sus costillas de hierro: “Mantened la fe en Dios… y la pólvora seca, que nunca sabréis dónde y cuándo será la próxima batalla”.