En lugar de mejorar la productividad agrícola, la FAO impone a los africanos planes para bajar emisiones de GEI.
ASUNCION, 07-12-2023 (Chaco 4.0 — Fuente: FAO e investigación propia) — Desde 2020, más de un tercio de la población de África está desnutrida, alrededor de 282 millones de personas padecen hambre, más del doble que en cualquier otra región del mundo. A estos datos de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) se agrega un estudio presentado en la Comisión Africana de Estadísticas Agrícolas –organismo del propio riñón de la ONU– y que revela que alrededor del 20% de la población de África se encuentra desnutrida ante una crisis alimentaria sin precedentes que se ha visto agravada desde la pandemia de coronavirus. En comparación con las cifras anteriores, el centro de África es el territorio que registra el mayor aumento de la prevalencia de la desnutrición con un 4,3%.
Actualmente, alrededor del 78% de los habitantes del continente no puede permitirse una dieta saludable, una cifra que contrasta con el 58% de la población mundial que sí puede hacerlo.
NIÑOS, VICTIMAS DIRECTAS — Los niños son un colectivo que sufre directamente las consecuencias: tres de cada diez padecen retrasos en el crecimiento por tener unas dietas inadecuadas. Los expertos achacan estos datos a las subidas de los precios de los alimentos básicos.
En el informe, sus autores mantienen la esperanza de que estos hallazgos impulsen la transformación de los sistemas agroalimentarios junto con otros sistemas como la educación, la salud y la energía para conseguir mejoras en la producción, en la nutrición y en la vida de todas las personas.
MAS IMPORTANTE: REDUCIR G.E.I. – Una de las consecuencias más importantes de la agricultura convencional es el rápido agotamiento de la materia orgánica del suelo (MOS). El cultivo y el uso repetido de la tierra degradan los suelos, y disminuyen su rendimiento agrícola, al mis0mo tiempo que aumentan los costes de producción. Los agricultores africanos tienen el potencial de reducir las emisiones de GEI y de aumentar los rendimientos agrícolas. El potencial de mitigación técnica de la agricultura en el año 2030 en África alcanzará las 2 Gt de CO2-eq por año.
Con la promesa de la reducción de las emisiones, los recursos financieros del carbono podrían financiar la capacitación de los agricultores en nuevas prácticas así como podrían establecer sistemas de monitoreo, verificación y reporte (MRV) para asegurar que los beneficios agrícolas y de carbono sean alcanzados.
MAS BIOTECNOLOGÍA AGRÍCOLA Y MENOS ESPEJITOS DE COLORES
Iba a comentar esta paradoja protagonizada por el organismo de las Naciones Unidas cuando me encontré con los siguientes datos:
“África tiene una enorme oportunidad de cultivar más alimentos usando agricultura sostenible. De usar este método, se creará riqueza para los agricultores al ampliar los mercados y el comercio, se beneficiará a los consumidores con precios bajos, mejor calidad y alimentos más diversos. África debería tomar la iniciativa para comenzar una nueva “revolución verde” hecha en África”.
A esto hay que agregar que el continente tiene casi la mitad de las tierras fértiles del mundo que aún no son cultivadas. Son más de 200 millones de hectáreas de tierras cultivables -cinco veces el territorio paraguayo- que no están protegidas ni forestadas y tienen una escasa cobertura poblacional.
Me pregunto, frente a esta realidad sangrante, cuál es la posición de la Unión Europea, tan rápida para intentar regular a países de alta eficiencia productiva de alimentos como Paraguay. ¿Cerrar filas con la FAO priorizando el espejito de colores de los créditos de carbono y el “combate” a los GEI? ¿O ayudar a las naciones africanas a dar una batalla seria y frontal para aumentar la productividad agrícola de sus extensas tierras aún no cultivadas que podrían contribuir a reducir el hambre en el continente negro?
Pero deben apurar su decisión porque según Oxfam y Save the Children, sólo en Africa Occidental (Benín, Burkina Faso, Cabo Verde, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Guinea Ecuatorial, Guinea-Bisáu, Liberia, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona y Togo) cada 48 segundos muere una persona a causa del hambre.
Hambre, señores de la UE, la gente muere de hambre, no por CO2 ni su «canalla» preferido, el carbono. Pisen tierra alguna vez.