
El diminuto partido Izquierda Verde impuso al gobierno liberal un voluminoso programa de bonos del Estado. Objetivo: mitigación y adaptación al cambio climático.
ASUNCION, 20-04-2023 (Chaco 4.0) — Países Bajos exporta más comida y productos agropecuarios que cualquier otro país. Sólo Estados
Unidos supera a este pequeño enclave europeo de 17 millones de habitantes, apenas el doble de
la superficie de San Pedro y un PIB treinta veces superior al del Paraguay. La eficiencia alcanzada
por sus productores vuelve casi inalcanzable la calidad, precios y, sobre todo, el mecanismo de
relojería de su logística incomparable, capaz de colocar un pollo fresco en 24 horas en Vladivostok,
Rusia o en el más sofisticado restaurant de Hong Kong.
Pero todo eso está en peligro. El liberal Mark Rutte, Primer Ministro por el partido por la Libertad
y la Democracia, ganó las elecciones de 2022 por cuarta vez, obteniendo 36 de los 150 escaños del
Parlamento neerlandés. Ese 24% de bancas lo obliga a hacer pactos y es así que la pequeña
representación de 8 diputados del partido Izquierda Verde (amalgama de comunistas, pacifistas,
radicales y evangelistas) logró imponer al gobierno liberal un ambicioso programa de bonos verdes
del Estado (dutch state loan) por 5.000 millones de euros. Objetivo: mitigación y adaptación al
cambio climático.
Visto de lejos, el programa luce encantadoramente verde. Pero echando la lupa, la cosa cambia.
Luka deVries, ganadero de la provincia de Holanda Septentrional, confiaba al diario Dageblad:
“Tengo hasta fin de año para liquidar mi establecimiento. Mi familia lleva invertidos mas de 85.000
euros en este negocio. ¿Alguien puede asegurarme si voy a recuperar esa inversión?”. De Vries no
es la excepción. Unos 11.000 ganaderos tendrán que cerrar sus negocios y 17.000 diezmar sus
planteles para alcanzar la meta de reducir 50 % las emisiones de nitrógeno en Países Bajos. Todo
para 2030.
¿Adios Holanda productiva, buen día Países Bajos ultraverdes?
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