La ONU lanza mensajes morales mientras la UE lleva aplicados en subsidios, desde 2019, 161.000 millones de euros.
ASUNCION, 29-01-2023 (Chaco 4.0) — “Lo que quieres es que sea un sistema sostenible, no subsidiado…” disparó a un medio local el director general de la FAO, el organismo de la ONU dedicado a la agricultura y la alimentación. Se refería a programas de desarrollo hortícola que deberían tener -argumentó- la capacidad de generar sus propias semillas de calidad y con capacidad de temporalidad de producción, etc.
QU Dongyu, el capo de la FAO, es oriundo de Yongzhou, provincia china de Hunan, en donde acaba de ponerse en marcha un centro de innovación para realizar investigaciones en biotecnología. China está dando impulso a su agricultura, sobre todo el arroz cuya producción significa el 34% del total mundial. Así que allí ha puesto su mayor esfuerzo… con un subsidio de US$ 3.300 millones a productores para contrarrestar el alza de fertilizantes y combustibles.
Mensaje desde China: Lo de la sostenibilidad está muy bien pero, por ahora, el subsidio es más práctico y directo.
WRONG PLACE, WRONG TIME — Con perdón del anglicismo, lugar y momento equivocados para que el notable de la FAO dejara su mensaje. Si lo hubiera pensado antes, habría tenido en cuenta que el Paraguay practica una agricultura altamente sostenible, con siembra directa, aplicación creciente de biotecnología, rotación de cultivos, abonos verdes, control natural de plagas, etc. Incluso con regadío masivo en algunas zonas. Aquí está vigente eso de semillas de calidad y ajuste a la temporalidad de producción. Lo hubiera constatado sólo con charlar un rato con gremios graneleros para saber cómo programan el cultivo de soja para ajustarlo a las frecuencias variables de lluvias y al estrés hídrico derivado.
En el Mercosur el subsidio es palabra desconocida. No sólo no se aplica sino que en algunos casos, como Argentina, el productor debe enfrentar lo opuesto: la carga de retenciones por derechos de exportación, control de cambio y una catarata de impuestos con los que el Gobierno se lleva el 60% de la producción. Sólo la alta tecnificación y el excelente manejo de la producción impide que el núcleo granelero argentino -soja, trigo, maíz, cebada, canola, girasol, etc.- no haya quebrado hace años. Algo similar afecta a la ganadería del país vecino.
DOBLE MENSAJE – De los países lideres, sobre todo los europeos, nos llega una conflictividad cargada de mensajes de ética y moral fuertemente ideologizados. La controversia carbón-petróleo vs. combustibles de fuentes renovables nos tiene en vilo desde que estalló la guerra en Ucrania, con todo el mundo cubriendo su déficit quemando fósiles sin cargo alguno de conciencia. A la guerra del CO2 se sumó muy pronto el pacto del metano que criminaliza la cría de bovinos, un sinsentido que apunta directo a la línea de flotación de una de las cadenas alimenticias más eficientes de todos los tiempos.
Sin duda la humanidad atraviesa una etapa transicional hacia una era de consumo más responsable y consciente de que los recursos naturales son finitos y hay que trabajar con criterios que permitan aprovecharlos de la mejor manera y garantizando su perdurabilidad en el tiempo.
Pero no lo lograremos con mensajes llenos de hipocresía moral y dobles estándares.