Estos factores combinados exigen una planificación muy cuidadosa en las etapas de siembra.
ASUNCION, 15-09-2022 (Chaco 4.0) – Este viernes 16, la Unión de Gremios de la Producción lanzará la campaña de soja 22-23. Lo hace en medio de un panorama económico más complicado de lo habitual y con indicadores que podrían desanimar a cualquiera que no sea el mundo de la producción agrícola, acostumbrado a trepar cuestas tan o más empinadas que las que se despliegan en esta oportunidad.
Los referentes del sector presentarán sin duda su estrategia en cuanto a las etapas de siembra, comenzando por la soja temprana y continuando con las demás etapas que permitan un ajuste más efectivo al régimen de lluvias estimado para toda la campaña.
El último balance hídrico presentado por el Instituto de Biotecnología Agrícola expone un cuadro de precipitación acumulada bastante variado para el arranque de la siembra en la zona núcleo. Para los siguientes meses, la meteorología limita sus previsiones ante el factor de incertidumbre introducido por la posibilidad (70 sobre 100 según la Organización Meteorológica Mundial) de que ocurra un tercer ciclo de La Niña con erráticos episodios de lluvia.
A esta precondición climática se agregan estas variables:
DINERO MAS CARO – La tasa de política monetaria, que el BCP venía manteniendo en un promedio de 5% antes de la pandemia, es actualmente del 8,25%. Esta medida, presentada por el BCP como imprescindible para frenar la inflación, agrega puntos de interés a la deuda contraída por los productores para hacer frente a deuda acumulada.
INSUMOS POR LAS NUBES – Aunque gran parte de los insumos a ser utilizados durante la campaña que se inicia en estos días, los que se compren de aquí en más han duplicado largamente sus precios respecto a los que regían antes de que la guerra de Ucrania los elevara a las nubes. Este panorama no presenta perspectivas de variar a la baja al menos a corto plazo.
MERCADOS NERVIOSOS – Las variables climáticas que impactan sobre los stocks de commodities son potenciadas por los vaivenes de la guerra en Ucrania, que el año pasado colocó en el mercado mundial 86 millones de toneladas de trigo, maíz y girasol. Los acuerdos y desacuerdos para que Ucrania, pese a la guerra, comercie su grano acumulado problematiza aún más el normal comportamiento de los mercados.
DIESEL SUBE Y RIOS BAJAN – Cubrir 3,5 millones de hectáreas o más de soja requerirá un abastecimiento masivo de combustible. Al menos hasta octubre, según anticipó el Gobierno, no habría posibilidades de una rebaja del litro de diesel. Otro rubro cargado a costo. Finalmente, la bajante sostenida de los ríos sigue encareciendo los costos de colocación internacional de stocks, otro factor cuya normalización tampoco se avizora a corto plazo.