Los eternos perdedores son los campesinos movilizados por traficantes de invasiones y que insisten en un modelo obsoleto e inservible para sus reclamos.
ASUNCION, 27-03-2022 (Chaco 4.0) – La última marcha de organizaciones campesinas sobre Asunción fue todo lo gris e inconsecuente que era de esperar. Los mismos reclamos, las mismas consignas y las reivindicaciones que no logran salir de tales sino más bien petrificarse en su estado original. El hecho de que cada vez marche menos gente significa algo. ¿Agotamiento del modelo, cansancio de sus protagonistas, caída de rentabilidad del negocio de la invasión de propiedades?
OLVIDO CONVENIENTE — A mucha de esta dirigencia con anteojeras le conviene olvidar que el antiguo Estatuto Agrario catalogaba como «tierra improductiva» la que tuviera cobertura boscosa. El ingeniero Hector Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), recuerda que desde 1963 hasta 2002, cualquiera que tuviera más de 18 ños y sin distingos de nacionalidad o profesión, era automáticamente beneficiario de un lote agrícola. «Nosotros, en cambio, trabajamos el nuevo Estatuto Agrario que determinaba que las tierras del Estado tenían que ser exclusivamente para paraguayos y destinadas principalmente a la producción agrícola y ganadera. Y llevamos adelante, además, la ley de deforestación cero para la región Oriental».
Y remarcó: «La Federación Campesina, mientras tanto, se retiró de la mesa de negociaciones».
SIN MANO DE OBRA — Algo está meridianamente claro: los gurúes de las invasiones, diputados y senadores de campanillas, se están quedando sin mano de obra económica y fácilmente movilizable. La gente ya no traga sapos. Mientras los eternos caminantes van y vienen a y desde Asunción sin obtener otra cosa que promesas vacías, los mentores de cada marcha participan del premio mayor de las invasiones: negocio de la madera robada de las tierras invadidas y el botin mayor, el cultivo de marihuana que arroja enormes ganancias para los mercaderes de la invasión y la depredación de bosques. Más claro aún: falsos dirigentes campesinos que visten la mentirosa camiseta de la lucha social y sus mentores políticos entre las sombras.
Invadir propiedades siempre fue delito, pocas veces castigado por la ley, pero nunca dejó de ser una violación a un derecho protegido por la Constitución. Al subir la pena carcelaria por invasión a 10 años, muchos “luchadores sociales” ahuecaron el ala y decidieron dedicarse a otra cosa con lo cual la “rentabilidad” de las invasiones y atropellos a la propiedad empezó a deshacerse.
¿En serio?
A ESTAR ALERTA — Cuidado. En silencio y sin mucha propaganda, muchas tierras usurpadas -que siempre tienen ricos bosques maderables- siguen en manos de traficantes que se enriquecen vendiendo madera y dedicando la tierra depredada a marihuanales.
Por lo tanto, no es para cruzarse de brazos. Hace una semana, los ardientes luchadores de la tierra vestidos con la toga senatorial intentaron derogar la ley que ellos mismos aprobaron elevando la pena por atropello a la propiedad a 10 años. No lo lograron. Pero con los políticos nunca se sabe. Lo que hoy es blanco para ellos, mañana puede dejar de serlo. Hay que seguir con detenimiento el día a día parlamentario para no ser tomados de sorpresa.