Un informe de CEPAL, corroborado por el INE y el INDI, pone en ridiculo al cura que difunde desinformación, amargura y desesperanza en una fecha clave para la feligresía católica.
Cristian Nielsen – Editor
ASUNCION, 28-11-2021 (Chaco 4.0) — Hace exactamente un año, el cura Miguel Fritz decía:
“Es un pecado que una planta tan nutritiva como es y era la soja se haya transformado en un peligro para la tierra, el agua, el aire, los animales y hasta el mismo ser humano”.
Sería irrelevante rebatir a esta altura semejante imbecilidad. Ya lo hicimos hace un año. Repetirlo sería pérdida de tiempo y espacio.
Ahora hay que escucharlo decir, encaramado una vez más en las solemnidades de Caacupé, esto:
Que la ley que penaliza el atropello a propiedades privadas afectará a las comunidades indígenas.
Y de nuevo el lenguaje apocalíptico, calculado para sembrar consternación entre gente sencilla que va a Caacupé a buscar consuelo para sus cuitas personales, para sus angustias familiares.
Dijo el cura Fritz:
«…El hambre de tierra de parte de los agroempresarios es insaciable. Da pena y vergüenza que tenemos (sic) que volver a mencionar año tras año que los indígenas y campesinos son despojados de su tierra, desalojados muchas veces sin piedad y con violencia…»
IGNORANCIA AVIESA — Se supone que el purpurado Frtiz debería ser un hombre informado. Por lo tanto, no puede ignorar que las comunidades indígenas en el Paraguay están accediendo rápidamente, por la vía de la titulación efectiva, a las tierras que reivindican.
De acuerdo a un estudio de la Comisión Económica para la América Latina (organo de la ONU), la población indígena en el Paraguay suma 126.631 personas, es decir, 1,8 por ciento de la población censada. Más de un millón de hectáreas -segun el informe fundado en datos del Instituto Nacional de Estadísticas y del propio Instituto Paraguayo del Indígena– han sido tituladas a nombre de las comunidades indígenas.
Esto significa, según la información difundida por la organización tierrasindigenas.org en su apartado Datos Analiticos, que 868 comunidades indígenas disponen ya, de hecho y de derecho, de 1.143.946 hectáreas en las que se asientan 24.133 familias.
Por otra parte, se encuentran en proceso de titulación 96.567 hectáreas y, en trámite de regularización, otras 372.044 hectáreas.
Esto da un total de 1.612.557 hectáreas de tierras tituladas legalmente, o en proceso de serlo. Esto significa que el 4,03% del territorio nacional está oficialmente reconocido, y con tramites regulares, como tierras propias de las comunidades nativas del Paraguay.
ORATORIA DEL RENCOR — ¿De qué habla, el cura Fritz, cuando dice que el «hambre de tierra» de los empresarios «desaloja sin piedad con con violencia» a los pueblos nativos de sus tierras? Poco importa el currículo de quien perpetró esta monumental idiotez. Basta con saber que habla en nombre de la Iglesia Católica. Y que, envuelto en un dogmatismo torpe y desinformado, causa un enorme daño en las almas abiertas de creyentes que peregrinan esperando recibir un bálsamo restaurador y sólo se tropiezan con un discurso de barricada que atrasa medio siglo porque remite a las premisas obsoletas de los ’70.
Una vez más la Edad Media se parapeta en el discurso apolillado de sacerdotes que se quedaron en los ’70, con su oratoria fuera de época que solo confunde a los espíritus sencillos que buscan en Caacupé un momento de paz recoleta frente a la divinidad a la espera de consuelo.
En lugar de eso, sólo encuentran la oratoria disolvente del rencor y la desesperanza.
Más datos en: https://www.tierrasindigenas.org/datosanaliticos