Sixto Pereira debería renunciar a su banca, a su salario de Gs. 32 millones y hacerse piquetero.
Cristian Nielsen — Editor
¿Qué elegimos en un comicio general? La ley electoral dice que un presidente de la República, 125 legisladores y una partida de gobernadores y concejales departamentales.
Pero al parecer estábamos equivocados, porque algunos de los electos para legislar y fortalecer las instituciones de la República, se dedican a patrocinar la invasión de propiedades, a promover leyes que legalicen tales invasiones y ahora, además, fogonean la agitación social más descarada.
Es el caso del senador Sixto Pereira, quien se acercó a los transportistas de carga en huelga, los alentó a copar Asunción, a presionar de la forma mas grosera a los poderes constitucionales y, de paso, unir sus fuerzas a grupos supuestamente constituidos por campesinos que vienen por su demanda favorita: una nueva ley de condonación general de deudas con entidades financieras.
Así que cabe la pregunta:
¿Senador o agitador social?
Si el Sr. Pereira siente simpatía por la causa de los transportistas de carga, el lugar apropiado para manifestarla es la sala de sesiones de la Cámara de Senadores. Allí, en las plenarias que, dicho sea de paso se transmiten en vivo para quienes quieran verlas, tendrá ocasión de proferir discursos, advertencias, amenazas y proclamas. Pero organizar algaradas contra el orden público lo convierte en un simple agitador social. Si dentro de él es más fuerte su vocación por ganar las calles, encabezar manifestaciones y hostigar a los poderes de la República, la Constitución le garantiza ese derecho. Pero ahora lo que hace es deshonrar el cargo que juró desempeñar, porque él mismo es parte de uno de esos poderes, el Legislativo. O sigue cobrando su salario de Gs. 32 millones para legislar en nombre de la ciudadanía que lo votó, o renuncia al cargo y milita su vocación desde la calle como juan pueblo.
Así que, Sr. Pereira, decídase.
¿Qué quiere ser? ¿Senador o agitador?
Porque las dos cosas al mismo tiempo no puede.
Vea muy bien lo que va a hacer porque, hoy día, las representaciones las casan con mucha facilidad sus colegas.