Instan al Gobierno a cambiar su foco desde la mitigación a la adaptación y a invertir en investigación sobre métodos de manejo del campo frente al cambio climático.
ASUNCION, 07-06-2021 (Chaco 4.0) – Con una producción total de 10.098.000 toneladas lograda en 3.701.631 hectáreas, la campaña 20-21 de la soja tuvo un año atípico por el desparejo régimen de lluvias.
“Fue un buen año” calificó escuetamente el ingeniero Hector Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción en el transcurso de una reunión de prensa realizada este lunes 7 al mediodía.
Para lograr este resultado los productores debieron readaptar las ventanas de siembra a fin de aprovechar lo mejor posible las condiciones de humedad existente en la zona núcleo de la soja. Esto implicó un delicado balance entre la soja tempranera, media y tardía, invirtiéndose en esta oportunidad el orden de cada una de ellas.
Los resultados se muestran en el gráfico siguiente: La soja producida tiene tres destinos diferentes:
- Exportación, ya sea como procesado o en grano.
- Consumo interno, especialmente para la cadena de balanceados.
- Semilla para la próxima campaña.
MERITO DEL PRODUCTOR – Cristaldo puso de resalto el manejo que los productores han hecho de los tiempos de siembra. “Y eso -remarcó- es merito del productor, que es un gran observador, debe mirar y saber muy bien lo que ve. Eso le permitió calcular muy bien la humedad del suelo y repartir la siembra, rompiendo todo un paradigma del 10 o el 15 de octubre como época ideal, esta vez forzado por las circunstancias”.
Cristaldo recordó que de setiembre a noviembre de 2018 llovieron 534 milimetros en la zona productora principal, en diciembre 60 y en enero 85 milímetros. “Ese fue el motivo -añadio el presidente de la UGP- de la debacle de la temporada 18-19 con una caída a 8.700.000 toneladas. En cambio, el trimestre setiembre-noviembre 2019 cayeron 283 milímetros, diciembre 132 milímetros y en enero 218”.
Cristaldo redondeó el tema lluvias recordando que en la campaña 20-21 las siembras tempraneras fueron muy castigadas por el tiempo, a las medias les fue mejor y las tardías recibieron buena lluvia de ahí la recuperación de la producción.
EN POS DE LA ADAPTACION – En cuanto al rendimiento en las distintas etapas, el promedio alcanza los 2.728 kilos, “que no es excepcional -apunta Cristaldo- pero nos permitió alcanzar las 10 millones de toneladas que es una buena producción”.
Añadió luego que si se hubiera sembrado la campaña 20-21 con los criterios anteriores, los promedios de rendimiento no hubiera pasado los 2.360 kilos por hectárea, con una producción total de unas 8.700.000 toneladas, algo parecido a la obtenida en la campaña 18-19.
“Esto nos permite deducir que este ajuste de manejo de la campaña por parte de los productores nos dice que hay que insistir en estos métodos -afirma Cristaldo-. Instamos al MAG, al MADES y a Relaciones Exteriores a poner el foco en las medidas de adaptación al cambio climático. Los que manejan la política ambiental están muy concentrados en las medidas de mitigación y eso está mal, porque el Paraguay no es un país de alta emisión. Somos un país que contribuye con apenas el 0,02% de los gases de efecto invernadero. Así que pedir apoyo para medidas de mitigación no coincide con la realidad. Lo que neceistamos es adaptarnos a estas condiciones del clima muy cambiantes y muy volátiles”.
Cristaldo insistió en que de no haberse cambiado el paradigma de siembra, se hubiera reproducido la debacle de años anteriores y la economía estaría mucho más impactada.
“Un año con mala cosecha es un mal año económico en el Paraguay” remarcó Cristaldo.
INVERTIR EN I+D – El presidente de la UGP agregó que a la vista de los resultados de esta ultima campaña y considerando los ajustes de manejo de siembra que con todo exito han hecho los productores, queda claro que es necesario que la cooperación internacional debe apuntar a reforzar la investigación para el desarrollo y profundización de las técnicas de manejo que permiten enfrentar con mayor éxito el cambio climático.
PEQUEÑAS FINCAS – Otra faceta que mostró el presidente de la UGP es el papel que están cumpliendo los pequeños productores con fincas de menos de 20 hectárea dentro del complejo de la soja.
“Itapúa es el departamento que más ha avanzado en el proceso, con un total de 865.000 hectáreas distribuidas entre 43.000 fincas que representan el 23% de la superficie cultivada en la ultima campaña” detalló Cristaldo. Agregó que para tener una idea del avance de los pequeños campesinos en el agronegocio de la soja, el censo agropecuario de 2008 daba cuenta de 145.000 hectareas cultivadas con soja.
“Esto significa un total casi ocho veces más que en 2008 -indica Cristaldo-, con Itapúa a la cabeza, fenómeno fundamentalmente impulsado por la incorporación a las cooperativas de producción”.