“Los campos envenenados del Paraguay”, ejemplo de documentalismo chapucero y fundamentalista que insulta al Paraguay.
Cristian Nielsen – Editor
ASUNCION, 22-05-2021 (Chaco 4.0) — Parece increíble que la doctrina goebbeliana, puntal del régimen nazi de Adolf Hitler en los años ’30 del siglo pasado, funcione en pleno siglo XXI y que sean los franceses -que sufrieron como pocos el sanguinario regimen del Tercer Reich- quienes lo estén alentando miserablemente aquí mismo, en Asunción, y con el Paraguay como principal víctima propiciatoria.
¿Exageraciones?
De eso, nada.
Y si no lo creen, echen un vistazo al programa del “XII Ciclo de Cine Europeo en el Paraguay”, donde se exhibe una producción documental de generatriz francesa titulada “Los campos envenenados del Paraguay”, patrocinada por la Alianza Francesa, una institución venerable y de larga tradición cultural en el Paraguay.
Es difícil imaginar un cumulo de mentiras y falsedades similares con patrocinio oficial de la Alianza Francesa y de la Unión Europea.
Me sorprende que los directivos de la Alianza hayan caído en la trampa iconográfica del afiche que presenta el corto… y de todo el contenido basura del “documental” que patrocinan.
Presumo que los franceses que gobiernan la Alianza -por muy diluidos generacionalmente que estén- sabrán lo que Francia sufrió, no sólo en la WWII con el régimen nazi, sino también en la Gran Guerra, cuando los gases asfixiantes que les arrojaban los “boches” empezaron en serio a matar franceses de a miles dejando tullidos a millones con el “gas mostaza”.
Para luchar contra aquella barbarie los franceses tuvieron que repartir millones de máscaras antigas… las mismas usadas por el “creativo” autor del afiche de la película que se exhibe en el “festival” de cine de Asunción… equiparando el cultivo de la soja en los campos paraguayos con las brutales carnicerías que los civilizados europeos perpetraron contra sí mismos entre 1914 y 1918.
¿Cómo se atreven?
ALIANZA MACABRA – Y si, se atreven.
Los documentalistas del pomposo “festival de Asunción” actúan guiados por puro impulso fundamentalista, como fedayines de la imagen lanzados contra el objetivo que le marcan sus financistas europeos, escudándose bajo el genérico de “Green Warriors” financiado con generosos fondos de la Unión Europea.
Para ejecutar su esperpéntico producto necesitaron mano de obra barata local, es decir, “pruebas documentales” generadas por los ingenuos de siempre a los que se dota de t-shirt de “ardientes luchadores” portando las pancartitas que les dictan sus patrones coloniales desde París, Estocolmo, Berlín, etc.
Este último es uno de los costados más miserables de este documentalismo basura, ya que se aprovechan de la necesidad de pobre gente para la cual 20 dólares es la diferencia entre comer o no ese día.
¿Y a este espectáculo triste y miserable, al cual le otorgan entidad organismos como la Alianza Francesa y la Unión Europea, llaman investigación?
¿QUÉ ESTÁN HACIENDO? — ¿Qué están haciendo, señores de la Alianza Francesa y de la UE?
Se entiende que los sabios profesores de la Alianza, trabajando en oficinas cerradas enseñando francés y, de vez en cuando, patrocinando algún tallercito en el interior, no sepan cómo es el campo paraguayo, cuánto ha evolucionado y cómo trabajan actualmente los productores.
Pero la UE, y sus referentes locales, están obligados a saberlo, porque tienen decenas de proyectos oficiales de cooperación con el Paraguay, muchos de ellos con el campo.
Presumo que un puñado de sus funcionarios habrá traspasado -aunque sea por casualidad o necesidad- el conurbano asunceno para arriesgar su valiosa existencia en el interior para ver qué se hace con la plata que les confían sus mandantes europeos.
Los euros aportados por alemanes, italianos, españoles, franceses se aplican para mejorar los rindes agrícolas, elevar la producción lechera, promocionar el papel de la mujer en el campo y fortalecer los umbrales de educación.
Pero aparte de ello, y por encima de lo que la UE generosamente aporta al Paraguay, se debe saber que:
+ Paraguay es líder en siembra directa desde los años ’90, lo cual implica el uso de prácticas agropecuarias que aumentan la productividad y a la vez preservan el suelo contra todo peligro de deterioro, minimizando el uso de defensivos agrícolas.
OBSERVACION: En este espacio se desafía a los documentalistas diletantes franceses a contrastar su visión de aficionados con la realidad paraguaya.
+ Paraguay emplea desde 1990 biotecnología desarrollada en centros propios de investigación que permiten utilizar semillas de soja, maíz, trigo y otros rubros que requieren menos fertilización y un medido uso de defensivos químicos.
+ En total, el uso de defensivos químicos en el Paraguay autorizados por el organismo de aplicación de las leyes ambientales y del SENAVE fue en 2020 de 2.600 toneladas.
+ Según un informe del Departamento de Normativas Medioambientales de la UE, las ventas de sustancias activas utilizadas por los países europeos miembros en productos fitosanitarios superan las 350.000 toneladas al año.
+ Los productos fitosanitarios usados en territorio de la UE -según un informe de DPM- pueden afectar el agua y la calidad del suelo, la biodiversidad y los ecosistemas, y pueden terminar como residuos en los alimentos.
¿De qué, entonces, estamos hablando cuando estos franceses despistados afirman que los campos paraguayos están siendo envenenados?
¿QUÉ ESTAN VIENDO? – A la vista de lo demostrado, lo que todos nos preguntamos es qué ven en el Paraguay los “documentalistas” tan generosamente patrocinados por la Alianza Francesa y la Unión Europea en el Paraguay.
Es evidente que no ven un país en pleno desarrollo, con una producción agropecuaria sostenible y que se expande en virtud de leyes de fomento y medioambientales que alientan un desarrollo agropecuario amigable con el medio ambiente.
Ciertamente, importa muy poco si los aventureros documentalistas franceses no encontraron la imagen del país sofocado por cultivos toxicos y letales que estaban buscando y se la inventaron para justificar el patrocinio y la misión que les econmendaron en Europa.
¿Saben por qué?
Porque por encima de ellos, y de sus mandantes, está un país productivo que entró a la era de la biotecnología, la producción sustentable y el agronegocio ajustados a las leyes del mercado y que no necesita sobrevivir a base de los subsidios mediante los cuales sobreviven a duras penas los agricultores europeos. No nos complace decir esto, pero hay que poner las cosas negro sobre blanco para saber de qué estamos hablando.
Un consejo:
Jean Jacques, Pedro, Hans, Pietro o como se llamen los agricultores de la UE que no pueden vivir si el Estado no los sostiene con dinero:
Vengan a América y experimenten por experiencia propia lo que es salir adelante y forjar un futuro para sus familias sólo produciendo lo que el mundo necesita, lo que la tierra les da y dependiendo del esfuerzo propio y con escasísimo apoyo del Estado.
Eso ocurre en el Paraguay las 24 horas de cada bendito dia. Pueden comprobarlo, y sin necesidad de que ningún mecenas les pague por ello. Dejen de subsistir con la dádiva del Estado, vengan al Paraguay y vean y constaten, lo que es vivir en armonía productiva con la naturaleza.