Ronei Heck tenía 7 años cuando llegó con sus padres. Hoy es un gran productor que honra a sus ancestros y que dignifica a la tierra que lo acogió.
ASUNCION, 18-03-2021 (Chaco 4.0) – Cuando llegó al Paraguay, Ronei Heck tenía 7 meses de edad. Su padre y sus abuelos venían de Rio Grande do Sul y llegaban a la zona de Mbaracayú, Alto Paraná, a lo que hoy se conoce como Linea Scherer -antes nominada Tapé Porá- con unas enormes ganas de desarrollar su vocación de productores agrícolas.
Hoy Ronei tiene 45 años, está casado con Lorenice Feiden y tiene dos hijas, Fernanda María y Gabriela Fatima. Una de ellas piensa dedicarse a una disciplina estética mientras su hermana, en cambio, permanecerá firme junto a sus padres en el establecimiento agropecuario.
Heck, junto a Michel Scherer, de una finca vecina, y otros productores de la zona protagonizaron un cierre de cosecha de soja verdaderamente épico. Corrió por cuenta de Michel preparar el video que ilustra esta crónica mientras Ronei organizaba un verdadero ballet de máquinas trilladoras con el cual levantaron la parte final de una cosecha de soja que si bien no fue record, fue lo suficientemente buena como para cerrar la temporada en forma satisfactoria.
Gente creyente, todos agradecieron el don de una buena trilla y se encomendaron para iniciar pronto el siguiente año agrícola.
Porque allí, como en todo el campo paraguayo, no hay vacaciones. Sólo se trabaja.
MAIZ Y TRIGO – “Fue un año bueno -confió Ronei-. Promedio, obtuvimos unos 3.500 kilos por hectárea, algunas fincas un poco más, otras un poco menos”.
No todo fue color de rosa. Como saben quienes están informados sobre el campo, el ciclo de soja se atrasó por falta de lluvias y debió iniciarse hacia fines de setiembre, incluida alguna resiembra en octubre. Los tiempos se corrieron con un resultado inevitable: le ventana de siembra para el maíz quedó muy disminuida en esa zona. Pero eso no detiene a un productor emprendedor. Si hay algo que no arredra al agricultor son los vaivenes meteorológicos.
Sobre el rastrojo de soja, Ronei empezó a sembrar maíz y luego vendrá el siguiente ciclo.
“Vamos a preparar la campaña de trigo -anticipó Ronei-. Vamos a sembrar milleto y nabo forrajero para dejar el suelo listo y en mayo empezar a sembrar trigo”.
GENTE SOLIDARIA – Ronei recuerda que su abuelo Pedro Canicio Scherer fue el primero en plantar soja y levantar luego la cosecha manualmente para desgranarla con una cosechadora fija. Era el año 1976 y en la zona de Mbaracajú recién empezaba a abrirse paso la agricultura a escala.
“La soja se levantaba manualmente. Los agricultores se turnaban para cosechar cada parcela, cambiando horas de trabajo entre ellos hasta cosechar todo. Trabajaban continuado. Mi abuelo dormía junto a la maquina trilladora. Así eran aquellos tiempos”.
El video preparado por Scherer reproduce aquella época en que hasta las mujeres participaban de la trilla cargando bolsas con el cereal recién cosechado y llevando la comida a todos.
Pasaron 45 años y aunque todo ha cambiado tecnológicamente, las cosas siguen igual en cuanto a la cohesión social, el compromiso con el trabajo y la perseverancia y la fuerte pertenencia religiosa que los caracteriza.