Argentina quiere reservar carga fluvial para una flota en ruinas, cara e incapaz de transportar el creciente movimiento comercial hacia y desde el Paraguay.
ASUNCION, 26-01-2021 (Chaco 4.0) – Argentina ha puesto en vigencia la obligación de que buques de armadores paraguayos tramiten un “permiso especial de carga” para transitar aguas jurisdiccionales argentinas rumbo a puertos locales o de intra y extrazona de la Hidrovía Paraguay-Paraná.
Dicho permiso debe incluir la siguiente información:
- El puerto de origen y de destino;
- La cantidad y/o volumen y tipo de carga;
- La o las embarcaciones en que se pretende transportar dicha carga;
- Toda otra información que la Subsecretaría de Puertos, Vias Navegables y Marina Mercante dependiente de la Secretaría de Gestión de Transporte del Ministerio de Transporte considere pertinente.
En los extensos considerandos de esta medida, la autoridad cita como fundamento el contenido del Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraguay-Paraná firmado en 1992 por los socios signatarios del Mercosur.
LEY DE RESERVA DE CARGAS – El Paraguay tiene en vigencia la ley N° 295 de 1971 según la cual queda reservado a buques de bandera nacional el total del transporte marítimo y fluvial de la carga de importación y exportación entre el Paraguay y países atendidos por empresas nacionales de navegación. Si las cargas proceden o van dirigidas a países miembros de ALADI -organismo anterior al MERCOSUR-, se mantendrá esta exigencia en la siguiente proporción:
- Tramo marítimo, de hasta el 50 % del transporte.
- Tramo fluvial, de por lo menos el 50 % del transporte.
Esta regulación tiene su fundamento histórico y buscó desde un principio proteger el transporte fluvial de bandera nacional contra las arbitrariedades ejercidas por Argentina en forma constante. Durante siglos, desde la conquista, colonización y periodo independiente, el comercio exterior paraguayo ha estado permanentemente sujeto a las imposiciones emanadas de la Metropoli española y diligentemente aplicadas por las elites porteñas.
Es un clásico de la historia que Santa Fe de la Vera Cruz se constituyera en el infame “puerto preciso” en donde los barcos paraguayos en ruta hacia Buenos Aires debían desembarcar su carga sin poderla llevarla a su destino final. A partir de allí era negocio exclusivo de argentinos y los comerciantes paraguayos debían erogar ingentes sumas en forma de gabelas e impuestos por el tabaco, el algodón, la yerba y la madera que iba del Paraguay a la urbe rioplatense.
Desde entonces y hasta hoy, la navegación por el río Paraná ha experimentado toda clase de trabas arbitrarias. Esto explica la cautela con la que el Gobierno maneja los acuerdos de bloque y las trampas que los mismos esconden.
MAFIAS PORTUARIAS – Las mafias sindicales portuarias de Argentina manejan a su antojo la política de navegación. Se recordará que no hace mucho, los trenes de barcazas paraguayos con escala técnica en aguas argentinas y destino final a Nueva Palmira, Uruguay, debían fragmentar sus formaciones por imposición de las autoridades fluviales porteñas… más bien por sinvergüenzas de la talla del “Caballo” Suarez, un verdadero monarca del apriete. Es un clásico de la operatividad en puertos argentinos que si no se paga una gruesa coima a los “sindicatos” acuáticos y de los muelles, un barco puede quedar anclado por semanas. Lo sufren no solo Paraguay y Bolivia sino hasta embarques de provincias argentinas.
Este esquema filibustero del expolio y el saqueo obligó a las navieras argentinas a emigrar al Paraguay, hartas de ser exprimidas por políticos corruptos, sindicalistas delincuentes y una justicia cooptada por la misma camarilla que hoy gobierna Argentina.
Sin barcos ni trenes ni convoyes fluviales, Argentina está incapacitada para canalizar el creciente volumen de comercio exterior paraguayo. Como en muchas otras cosas que el Gobierno Fernández&Fernández está haciendo, sólo lograrán enredar todo, encarecer la operatividad fluvial y crear conflictos donde no los había.
Otro patético mamarracho que nos llega desde la Casa Rosada.