Ing.Agr. Estela Ojeda: “En 2020 tuvimos un balance positivo y seguiremos impulsando este tipo de iniciativas en conjunto con empresas e instituciones aliadas»
ASUNCION, 07-01-2021 (Chaco 4.0) – Los avatares climáticos y las enfermedades meten cada vez más presión sobre la necesidad, cada vez más imperiosa, de producir más alimentos, de mejor calidad y en menos área. Por lo tanto, la capacitación de los productores se vuelve un imperativo de la hora.
Esto lo entendieron muy bien el Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO) que en conjunto con la Dirección de Educación Agraria (DEA) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y con el apoyo de CORTEVA Agriscience llevan adelante un proyecto de fortalecimiento de las escuelas agrícolas.
“En 2020 tuvimos un balance positivo en cuanto a los programas desarrollados –señala Ing. Agr. Estela Ojeda, Gerente General de INBIO-. Seguiremos impulsando este tipo de iniciativas en conjunto con empresas e instituciones aliadas».
DESARROLLANDO HABILIDADES – El programa apunta a jóvenes que van quedando a cargo de las parcelas familiares y que se perfilan para ingresar al agro negocio, ambiente propicio para desarrollar el Programa de Agricultura Sustentable con Biotecnología que el INBIO lleva adelante a través de parcelas demostrativas. El lema es “aprender haciendo”, dirigido a desarrollar habilidades dentro de una agricultura sustentable conforme a la realidad de cada participante.
En el 2020 se trabajó con las escuelas agrícolas de Concepción, Caazapá, Villarrica y Minga Guazú, teniendo como principal desafío la adecuación de los cultivos al calendario escolar. Se puso especial énfasis en los rubros de renta, por lo que el calendario comprendió desde febrero hasta noviembre a fin de aprovechar el tiempo escolar.
La aparición del COVID-19 fue todo un desafío, ya que pese a la pandemia, lo planificado se ejecutó gracias al compromiso de profesores y de los alumnos que apoyaron en las épocas críticas.
Los cultivos con los que se trabaja en el esquema principal de rotación son la soja, el maíz, el sorgo, diferentes especies de abonos verdes según necesidad e inclusive rubros de consumo. Estas parcelas sirven de apoyo a las disciplinas que tienen relación con manejos de cultivo.
También hubo jornadas de capacitación de profesores de las escuelas agrícolas, una en octubre y la otra en noviembre
INTERES EMPRESARIO — «Es importante que empresas como Corteva Agrisciece estén interesadas en seguir aportando al desarrollo de conocimiento técnico en jóvenes de las áreas rurales –remarcó la ingeniera Ojeda- Vamos a seguir impulsando este tipo de iniciativas en conjunto con empresas e instituciones aliadas».
Por su parte, el Ing. Agr. Miguel Caballero, titular de la Dirección de Educación Agraria (DEA) destacó el acompañamiento del INBIO a las escuelas agrícolas: «Para nosotros el año fue positivo en cuanto al manejo de las parcelas en las escuelas agrícolas. El apoyo que está dando el INBIO a la DEA es ampliamente positivo, porque se capacitan nuestros técnicos y nuestros jóvenes».
El ingeniero agropecuario, Claudio Fleitas Bareiro, Coordinador del Programa de Agricultura Sustentable con Biotecnología del INBIO detalló que en todas las parcelas donde se inició el programa, el suelo mostraba síntomas de degradación como el poco desarrollo de los cultivos, malezas indicadoras de acidez y compactación de suelo entre otros.
«Las parcelas se dividen en tres partes, dos de ellas es para cultivos de granos y una para abonos verdes. Los resultados preliminares que se observaron fue la pronta recuperación del suelo cuando se realiza la siembra de mezclas de abonos verdes que se traduce en el aumento paulatino de la productividad del suelo y el mejor comportamiento de los cultivos a los efectos climáticos como la sequía, además de la disminución de la presión de malezas» explicó el ingeniero Fleitas, que finalizó diciendo que “el buen desarrollo observado en el maíz en este esquema se atribuye a los efectos positivos de los abonos verdes sucesivos”.