En base a datos antiguos y visiones sesgadas se ignora la transformación que está experimentando la agricultura campesina.
ASUNCION (UGP Data) — Un estudio de Cadep, publicado el 13 de agosto por el diario Ultima Hora, presenta algunos sesgos llamativos, especialmente porque proviene de una organización que generó polémicas recientes.
En primer lugar, llama la atención el título cuando señala que “la agricultura campesina perdió 166.347 hectáreas en los últimos años”.
Cuando se busca una justificación de esa noción de “pérdida” se encuentra con que el motivo es la tecnificación del campesino productor, es decir una agricultura que pasó de la pala, la azada, el machete y el ybyra akua a las maquinarias “perdió”. Como si se hubiese “perdido” al pasar del lápiz o máquina de escribir a la notebook.
TRANSFORMACIÓN — Del total de 3.637.000 hectáreas sembradas en la última campaña de soja 2019/2020, 832.849 corresponden a 41.600 pequeños productores con menos de 20 hectáreas. ¿Se trataría de 832.849 hectáreas perdidas por la agricultura campesina? No. Hoy esos productores son campesinos por su origen, pero agricultores por su oficio, como los miles que cambiaron los antiguos instrumentos de labranza por modernas herramientas y sistemas de trabajo en concordancia con la evolución de la ciencia y el conocimiento. ¿Constituye esto una pérdida?
Restringir el abordaje de la realidad del campo sólo a simples números de hectáreas es muy limitado y desfasado de una realidad que es muy dinámica y compleja.
Hace 12 años el principal rubro de renta del campesino productor era el algodón. Hoy ese mismo productor se dedica a los granos o se convirtió en granjero al acceder a las cadenas productivas. La realidad del campo se debe abordar basados en las personas como centro del proceso de desarrollo sostenible. Hay que promover su capacidad de trabajo eficiente que les permita generar ingresos para una vida digna y no reducir el análisis a números de hectáreas. En el siglo XX, la gente y el conocimiento son las bases fundamentales de la producción, no la tierra.
CONFUNDIENDO CON CIFRAS — En otro párrafo que sólo parece tener sentido para “colocar” un concepto se dice:
“Con el coeficiente de desigualdad más alto de la región en acceso a la tierra (0,93 en la escala de 0 a 1 de Gini), los datos reflejan cómo en Paraguay un 2,6% de propietarios concentran el 84,8% del total de tierras, según datos extraídos del Censo Nacional Agropecuario 2008.”
Se trata de un estudio realizado por Cadep, organismo cuya cientificidad fue defendida a capa y espada en redes y medios. Cita y concluye, utilizando datos del censo del 2008, -¡doce años de antigüedad!- en algo tan cambiante como el uso y la propiedad de la tierra.
Por otra parte, el estudio citado jamás se planteó que aplicar el coeficiente de Gini a tanta diversidad de calidad y tipo de suelo como la de las dos regiones del Paraguay -la Oriental y el Chaco- es claramente muy poco científico.
LOS PARQUES Y EL INDERT — Si se utilizase el mismo criterio en Asunción, probablemente entre el Estado, la Municipalidad y el IPS acapararían un altísimo porcentaje de las tierras asuncenas. ¿Cuánto pesan en ese índice de Gini los Parques Nacionales (un solo propietario, el Estado paraguayo) que son17 y concentran casi 2.100.000 hectáreas de la superficie del Paraguay?.
- Serranía San Luís (Concepción),
- Paso Bravo (Concepción),
- Bella Vista (Amambay),
- Cerro Corá (Amambay),
- Ñacunday (Alto Paraná),
- Saltos del Guairá (Canindeyú),
- Lago Ypoá (Central, Paraguarí y Ñeembucú),
- Ybycuí (Paraguarí),
- Caazapá (Caazapá),
- San Rafael (Itapúa y Caazapá),
- Defensores del Chaco (Alto Paraguay y Boquerón),
- Tinfunqué (Presidente Hayes),
- Agripino Enciso (Boquerón),
- Médanos del Chaco (Boquerón y Alto Paraguay),
- Río Negro (Alto Paraguay),
- Chovoreca (Alto Paraguay),
- Estero Milagro (San Pedro).
¿Cuánto pesa en ese índice con el que reiteradamente fustigan al país Cadep y otras oenegés, las 1.900.000 hectáreas de colonias del Indert que aun figuran con un solo propietario, el Estado? Sumadas a los parques, ponen en manos de un solo dueño (el Estado) el 10% de la superficie del país.
Conclusión
Sólo se pide un poco de seriedad: Ni el coeficiente de Gini está tomado científicamente ni la agricultura campesina es aquella que sólo se hace con pala, azada, machete e ybyra akua.