35 fincas con 230 hectáreas trabajan en forma conjunta aplicando biotecnología y organización.
SAN PEDRO, 08-08-2020 (Chaco 4.0) — “Mi casa es como una escuela agrícola; la gente entra y sale para preguntar como hago para tener tan buena producción”.
La frase pertenece a Alejandro Colmán, productor de Lima, departamento de San Pedro, cuya experiencia animó a esta comunidad a tomar la iniciativa de dejar de lado el sistema convencional de siembra, aplicando prácticas sustentables y usando apropiadamente la biotecnología.
Son familias pertenecientes a 35 fincas que han decidido trabajar en forma conjunta un total de 230 hectáreas para sembrar soja en la zafra que se aproxima.
Colman es cooperador del Programa de Agricultura Sustentable con Biotecnología del Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO). Su experiencia personal animó a sus vecinos limeños a iniciar una nueva etapa combinando esfuerzo e incorporando tecnología de producción para incrementar no sólo la cantidad sino también la calidad de su producción.
CADENAS DE VALOR — “Estamos funcionando como una cadena de valor al incorporar el maíz y la soja que nuestras mujeres emprendedoras utilizan para alimentar gallinas, cerdos y vacas lecheras”.
El resultado es un paso cualitativo importante, porque el maíz y la soja ya no se venden a granel, sino que se convierten en huevo, carne, queso y leche. Este cambio se produjo a partir de la necesidad de producir forraje para la alimentación de sus animales.
“Mezclamos los granos de soja y maíz que convertimos en alimento –informa Colmán-. Individualmente no tenemos tantas vacas, cada familia tiene aproximadamente 2 o 3 lecheras. Pero al juntamos las 50 familias tenemos un plantel de 150 lecheras”.
Colmán está orgulloso de su rol de cooperador, sobre todo, de propagador de una iniciativa que está sumando gente decidida a salir de la pobreza o la medianía con esfuerzo propio.
“Mi casa –dice- es como una escuela agrícola, la gente entra y sale para preguntar como hago para tener tan buena producción”.
Colmán se muestra muy animado luego de concluir la cosecha del maíz zafriña que hoy le rinde cuatro veces más de lo que antes obtenía en la misma parcela, gracias al conocimiento adquirido en el programa y la permanente asistencia de los técnicos de INBIO.
FUTURO PROMISOR – El productor limeño afirma que el rendimiento obtenido por hectárea es mucho mayor al logrado en otras parcelas sin el tratamiento de suelo adecuado y sin uso de tecnología.
“Estimamos que el rendimiento alcanzado es de 3.800 kilos por hectárea” refiere Colmán, quien un poco triste nos informa que durante la ultima temporada le robaron casi 1.000 kilos por cada hectárea. El productor relata que las parcelas linderas con los caminos vecinales quedan al alcance de transeúntes quienes, tal vez atraídos por el excelente aspecto de su maíz, ceden a la tentación de entrar a robar.
Pese a estos episodios reprochables, Colman se muestra muy optimista respecto al futuro.
“Estoy más convencido que nunca que hay que capacitar a los productores sobre el manejo de suelo y de los cultivos usando biotecnología y enseñando a trabajar correctamente porque a veces, por desesperación, uno hace malas cosas, como el robo de mi producción”.
Finalmente, Colmán dejó este comentario:
“Somos gente de trabajo. La producción genera fuentes de recursos, especialmente para los jóvenes. Algunos de ellos están vendiendo bien sus productos y comienzan a progresar, incluso a construir sus casas de materiales sólidos. Y esos son ejemplos que muestran el camino a otras personas”.