La planta argentina compraba el 10% de la producción paraguaya pero se retiró del país al entrar en cesación de pagos.
ASUNCION, 09-06-2020 (Chaco 4.0) — “Estamos dejando una zona de confort mientras se abre una etapa de incertidumbre” confió a Chaco 4.0 el ingeniero Hector Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP) al ser consultado sobre el impacto que tendría la intervención y expropiación de la empresa Vicentin, una de las más grandes aceiteras argentinas.
Cristaldo aclaró que el impacto se verá más adelante, ya que la campaña 2019-2020 ya estaba colocada en su totalidad cuando el Gobierno argentino anunció la decisión de enviar al Congreso un proyecto de ley de expropiación.
Vicentín ya estaba fuera de juego de manera que los exportadores paraguayos negociaron con otros actores del sector.
UN GRAN COMPRADOR – La relación del Paraguay con la procesadora argentina viene de larga data, ya que se había establecido en el Paraguay con su propia unidad de operaciones para comprar soja paraguaya.
-¿Qué importancia tenía Vicentín para los exportadores paraguayos?
-HC: Vicentín representaba el 10% de las colocaciones de soja en el mercado argentino. Pero ya se había retirado del Paraguay a partir de los problemas financieros que terminaron en una cesación de pagos y concurso de acreedores.
-¿Cómo modifica el panorama la entrada del Estado argentino como jugador en el negocio?
-HC: Habrá que ver con qué intenciones llega el Estado argentino a este negocio. Si es con el propósito de salvar a una empresa o para intervenir a fondo en el mercado de la soja. Lo que si se abre ahora es una etapa de incertidumbre que nos saca de la zona de confort y nos obliga a buscar alternativas.
Cristaldo agregó que las expropiaciones de empresas privadas en Argentina casi nunca terminan bien. “Hay excepciones, algunas funcionaron, pero por lo general no lo logran”.
-¿Cómo están enfrentando, gremialmente, esta situación?
-HC: Con el Equipo Económico estamos trabajando en alternativas post pandemia. No es prudente seguir atados a dos mercados, Brasil y Argentina. Hay por lo menos 70 destinos diferentes que debemos tomar en consideración.
-¿Cómo se reemplazará la ventaja logística que presentan Argentina y Brasil?
–HC: Precisamente de eso se trata, de tener un Plan B, analizando uno por uno los otros destinos probables, evaluar los precios e identificar las posibles nuevas salidas para nuestros productos.
Hay que ver que la carne está en situación parecida. Chile con problemas de pandemia, Israel dejó de comprar… Esta situación nos va a obligar a extremar recursos para entrar a mercados ya identificados pero a los que hay que llegar. Repito: estamos dejando la zona de confort y hay mucho que trabajar al respecto.
AMIGOS PERO NO SOCIOS – En estas coyunturas, surge siempre la disyuntiva entre China continental y China Taiwán en cuanto a mercados para la colocación de los principales commodities producidos por el Paraguay.
-¿Y Taiwán, que papel juega en toda esta movida?
-HC: Con Taiwán somos amigos pero no socios. El Paraguay le presta un servicio importantísimo reconociendo su Gobierno pero ellos compran soja a otros proveedores. Incluso el arroz que donaron hace algunas semanas por el tema de la pandemia lo compraron en Estados Unidos, que subsidia su producción agrícola, desestimando el arroz nacional.
Cristaldo no quiso poner plazos a la tarea de explorar mercados ya identificados pero que falta desarrollar. Deberá ser, estimó, una tarea conjunta entre el mundo de la producción, la industria y el comercio exterior.