La cámara se niega a ratificar un protocolo adicional del Mercosur que dispone que el Parlasur se integre con miembros de los parlamentos nacionales.
Por Cristian Nielsen — Editor
Dicho protocolo adicional, firmado el 14 de abril de 2019 por el entonces canciller Luis Castiglioni, dispone que hasta tanto se realice la elección de los parlamentarios del Parlasur en forma simultánea en todos los estados parte a través del voto directo, universal y secreto, el Parlamento del Mercosur funcionará integrado por legisladores de los parlamentos nacionales de los estados partes.
La diputada Katya González presentó una nueva solicitud al Senado para que trate el asunto, escribiendo en su cuenta de twitter que «he hecho un segundo ungimiento a la Cámara de Senadores para que incorpore en el Orden del Día la derogación de elecciones del Parlasur. Vamos a insistir con este tema hasta que salga. La ciudadanía está cansada de pagar con su dinero costos pornográficos de burocracia política».
En el caso del Paraguay, los representantes actuales fueron electos en 2018 por lo que tienen por delante otros tres años y medio de vigencia en sus bancas del Parlasur. Uno de los «parlasurianos» más indignados por la decisión adoptada por el organismo fue Tomás Bittar, quien calificó la medida de un retroceso eliminar la elección directa para el bloque regional. Dijo que la prensa ha armado un circo mediático alrededor del tema y afirmó que el Congreso Nacional es propio de un país bananero. Afirmó además que la diputada Kattya González, quien había propuesto suprimir el Parlasur, es una «tilinga que payasea para agradar a la gente».
CUANTO CUESTA LA DELEGACIÓN — Sólo los salarios de los 18 representantes paraguayos en el Parlasur le cuestan al contribuyente 7.488 millones de guaranaíes al año.
Además de pagarles un salario del primer mundo, a los 18 «becarios de lujo» hay que pagarles un seguro médico privado (Gs. 330 millones al año), pasajes aéreos (Gs. 100 millones) y como al parecser el salario no les alcanza para hacerlo por cuenta propía el generoso Estado paraguayo les hizo confeccionar en oro 18 pines identificativos (Gs. 55 millones) y les compró, por cuenta del contribuyente, 18 coquetos maletines de cuero (Gs. 11 millones).
Finalmente, para completar este festival de gastos inútiles, la representación paraguaya se completa con unos 50 funcionarios permanentes que le generan al Estado otros Gs. 25.000 millones más en sueldos, estadías, viáticos y «otros gastos».
Que esté bien pagada y mantenida a cuerpo de rey, no quiere decir que la delegación paraguaya rezume calidad. Es ya un clásico el público reconocimiento de uno de sus miembros de su absoluta ignorancia de la función que acababa de ganar en las elecciones. Habló de estudiar la «Constitución» del Mercosur e hizo gala de una pobreza expresiva que da verguenza. Pero allí estarán, el y sus colegas, hasta el 2023, rentados a lo grande como grande es la absoluta inutilidad de su representación.