Al nombrar un militar como secretario de Seguridad Pública, Joao Doria puso en claro sus prioridades en la lucha contra el crimen y la inseguridad.
Brasil sigue ostentando una de las tasas de criminalidad más altas del mundo. “El 2017 fue annus horribilis en Brasil, una orgía de violencia letal durante la cual fueron asesinadas casi 64.000 personas, mas que en cualquier otro momento de la historia de la nación” según informa el portal opendemocracy.net.
Según algunas fuentes, a partir de allí se observó cierta disminución en el numero de homicidios, hecho debido a que durante la administración Temer se profundizó un conjunto de medidas que incluyó mejoras en la coordinación y gestión de las fuerzas de policía así como el papel de las oficinas de investigación criminal a nivel nacional y estatal.
Sin embargo, al exalcalde de Sao Paulo y hoy gobernador del Estado, esta tendencia no lo impresiona y decidió adoptar una política de mano dura contra el crimen, al estilo Bolsonaro.