
El lugar se ha convertido en una verdadera zona de guerra. Ya hay un policía herido y los productores no pueden trabajar sin custodia.
La presencia de policías en la colonia bajo permanente asedio no ha logrado intimidar a los invasores que una vez más han atropellado 3 de Noviembre. Los revoltosos exigen al Indert la reasignación de esas tierras a verdaderos pandilleres que emplean todo tipo de procedimientos para amenazar a los colonos en plena etapa de cosecha.
Para el Ing. Hector Cristaldo, presidente de la UGP, «es evidente que el reclamo de tierras ya no es lo importante. Ahora es violencia pura como parte de un esquema de marketing politico con vistas a las elecciones municipales de fin de año«.
«Estas verdaderas patotas de vándalos buscan crear escenarios de enfrentamiento para generar represión policial. Es en ése punto cuando aparecen los políticos oportunistas para «mediar», en especial intendentes que buscan el recutú o los candidatos que aspiran al cargo de Intendente, todo con el fin de ganar titulares, noticieros y hacer marketing electoral» sentenció el dirigente gremial.
Cristaldo añadió que estas acciones criminales de asaltar camiones, dañar maquinaria agrícola, utilizar bombas incendiarias y asgredir físicamente a policías constituyen verdaderos actos de terrorismo que merecen una respuesta de las autoridades, la cual, finalizó, no se está dando.
MUCHA VIOLENCIA — El grupo policial destacado al lugar para custodiar los campos y permitir a los productores levantar la cosecha fue recibido hostilmente por los merodeadores. El suboficial Antonio Agüero, según informó la policía, recibió el impacto, a la altura del ojo izquierdo, de un balín de vidrio lanzado con hondita por los manifestantes. Una inspección del lugar permitió el hallazgo de un recipiente con combustible y una mecha, la tipica «bomba molotov» que comunmente es utilizada para provocar incendios o hacer retroceder a las fuerzas del orden.
Tambien fueron halladas, en los campos cultivados, varillas de hierro de las utilizadas en la construcción, enterradas de tal manera que son dificiles de ver y que pueden perforar las cubiertas de tractores o provocar daños severos en las cosechadoras, especialmente en sus complejos mecanismos de trilla.