Hay buena reserva de agua en los departamentos de mayor cultivo. La campaña anterior, a esta altura, estaba seriamente comprometida por una sequía muy extendida.
Graficos: INBIO.
«Nos vendría muy bien una buena lluvia para mediados de este mes. Eso consolidaría el desarrollo de la soja que presenta muy buen panorama en el arranque» señaló el Ing. Hector Cristaldo, quien recordó que entre el 31 de diciembre de 2018 y el 11 de febrero de 2019, todos los departamentos sojeros presentaban un cuadro de sequía acentuada. Esta condición extrema se manifestó luego en una caída de la producción que restó al país más de US$ 1.200 millones en toda la cadena productiva.
«Ha habido lluvias ‘en mosaico’ -informó Cristaldo-, es decir, precipitaciones en zonas dispersas, que en algo han ayudado al desarrollo. Nos falta una lluvia más generalizada para asegurar una buena campaña. Por el momento, el sector siente un optimismo prudente«.
CASI UN MILLÓN DE HECTAREAS — Se estima que en la presente campaña 2019-2020, la superficie sembrada de soja será de unas 3.800.000 hectáreas. De esa superficie, 925.000 hectáreas petenecen a pequeños productores con fincas de menos de 20 hectáreas.
En este punto cabe destacar la posición del departamento de San Pedro, en donde la siembra total de soja alcanzaría las 390.000 hectáreas, de ellas, más de 58.000 distribuidas entre fincas de menos de 20 hectáreas.
Eso significa un aumento del 6% en la superficie cultivada en el periodo pasado.
Según el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), la producción estimada para el Paraguay en la campaña en curso es de 10.200.000 toneladas, 6.200.000 de ellas con destino de exportación.
PREOCUPA LA BAJANTE — El nivel hidrométrico de la cuenca Paraguay-Paraná, por debajo de su media normal, está causando un encarecimiento del flete según estimaciones del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay (Cafym), que estimaba hacia fines de 2019 un sobrecosto del 30%.
Voceros del sector indicaron que en 2018 se transportaron por la hidrovía unas 22.000.000 de toneladas de cargas diveras. Pero dada la persistente bajante, es muy posible que esa cifra no cierre en 2019.
Y presenta además un cuadro complicado para la colocación de la soja en el mercado internacional. En la campaña pasada, las plantas argentinas de crushing se llevaron casi el 70% de la soja en grano exportada por nuestro país.