Garantiza el control de la erosión, el incremento de la materia orgánica, el ciclaje de nutrientes y el estímulo a la actividad biológica.
QUÉ ES LA ROTACION — La siembra directa -con la utilización de AVCC y rotación de cultivos- es el único sistema de producción en la agricultura extensiva que posibilita obtener una agricultura sostenible en los trópicos y subtrópicos (Derpsch, 2016).
Se entiende como rotación de cultivos una alternancia regular y ordenada en el cultivo de diferentes especies vegetales, en secuencia temporal en una determinada área. Con el avance de la agricultura regional en dirección a la siembra directa con calidad, se vuelve obligatoria la adopción de la estrategia en que la rotación se constituye en elemento imprescindible para sustentación de los sistemas de producción.
El conocimiento producido evidencia que la repetición, año, tras año, de un mismo cultivo, en la misma área (monocultivo) contribuye a desequilibrios físicos, químicos y biológicos del suelo, con disminución de la biodiversidad y al aumento de malezas, plagas y enfermedades; aun algo muy grave, lo que respecta a la resistencia a defensivos químicos. En contrapartida el uso de rotación de cultivos con elevada edición de fitomasa al suelo ha demostrado ser una de las prácticas mas eficaces en la mejoría en la calidad del suelo. El eficiente control de la erosión, el incremento de la materia orgánica, el ciclaje de nutrientes y el estimulo a la actividad biológica, entre otros, promueven un gradual incremento en la calidad del suelo (Amado & Eltz, 2003) y en la estabilidad estructural del suelo (Reichert, et al., 2003) garantizando una mejor sustentabilidad del SSD.
SUS EFECTOS — La contribución de estos efectos -como los citados en artículos anteriores- proporciona una mayor infiltración y almacenamiento de agua en el perfil del suelo, asegura una mejor aireación del suelo y desenvolvimiento del sistema radicular de las plantas, con reflejos significativos en el aprovechamiento de nutrientes y en la respuesta de los cultivos.
La planificación estratégica de rotación de cultivos en la propiedad proporciona el equilibrio necesario en cuanto a la sustentabilidad del sistema suelo-planta y sobre todo, refuerza el aspecto económico de los sistemas de producción.
En la práctica, se ha observado que cuanto mayor es la cantidad de residuos y la diversificación, más rápida será la recuperación del suelo y mejores serán las respuestas de los sistemas de producción con mejoría de los rendimientos y reducción de los costos de producción.
COMO PLANIFICAR LA ROTACIÓN
Los pasos son:
- Diagnóstico de suelos con muestreo, análisis, interpretación, compactación, etc.
- Histórico de producción, manejo de suelos (fertilización) y manejo de cultivos (incidencia de plagas, malezas y enfermedades).
- Datos del clima de la propiedad.
- Datos locales de experimentación.
Con el diagnóstico, la planificación se realiza con mejor proyección y con criterios técnicos basados en resultados de cada región, propiedad y parcelas en particular. Por ejemplo, existen parcelas con mayor porcentaje de arcilla que otras -e inclusive en el mismo lote- así como tenores de materia orgánica (MO), ambos fundamentales para la toma de decisiones en el manejo racional y correcto del nitrógeno (N) por ejemplo.
Es indispensable conocer los tenores de MO para definir el cultivo o especie que se utilizaría en cada situación de la propiedad, como antecesor al cultivo comercial y asi también deinir la dosis de N a utilizar.
Un ejemplo: en el caso de un tenor bajo de MO, lo ideal sería utilizar cultivos o especies con mayor relación carbono/nitrógeno (C/N), como las gramíneas en general que poseen una elevada adición de masa verde y seca. Así estaríamos protegiendo y cubriendo mejor el suelo, aumentando la MO que al final es el objetivo principal de la rotación.
Otro ejemplo, en algunos suelos del Chaco, observamos niveles medios de azufre, nutriente muy importante para los cultivos como la soja y el maíz, debido a su influencia en el tenor de proteína y calidad de granos. Dicho esto, en esta situación se recomendaría el nabo forrajero, debido a sus raíces profundas y un elevado reciclaje de nutrientes como el azufre, nitrógeno y fósforo.
Un punto no menos importante -fundamental en lo que respecta al diagnóstico- es el tenor de sodio (Na) en el perfil, que con cobertura permanente estaríamos contrarrestando esta situación. De lo contrario seguiríamos aumentando la problemática de los peladares y, consecuentemente, la degradación de los suelos y disminución del área de producción.
BENEFICIOS DE LA ROTACIÓN
Tomando se como base los principales problemas causados por la erosión y los resultados de investigación, se puede afirmar que la siembra directa implica:
Mayor productividad de los cultivos;
+ Incorporación de áreas marginales al proceso productivo;
+ Reducción del uso de herbicidas, por el efecto alelopático de los AVCC;
+ Posibilita el desenvolvimiento de enemigos naturales de plagas y enfermedades;
+ Mayor equilibrio biodinámico del suelo;
+ Expansión del periodo de posibilidad de siembra;
+ Aumento de la vida útil de máquinas y equipamientos reduciendo gastos en combustibles y mantenimiento;
+ Reducción del costo de producción debido al mejor uso de fertilizantes, agroquímicos, número de aplicaciones y operaciones.
Para mantener y mejorar la fertilidad del suelo, y conseguir que la agricultura sea sustentable en los trópicos y subtrópicos, es necesario realizar la rotación de cultivos, dejar de prepararlo y mantenerlo bajo cobertura permanente, agregando cantidades adecuadas de residuos vegetales al sistema, a razón de más de 6 toneladas por hectárea y por año de materia seca en clima semiárido como el Chaco y más de10 toneladas por hectárea y por año de materia seca en clima húmedo, como es el caso de la Región Oriental del Paraguay. (Derpsch, 2016).
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