Sin argumentos, los legisladores se ratifican en expropiar Estancia Alegría que no es latifundio ni mucho menos improductivo.
No hay otra forma de interpretar lo afirmado por los diputados que llevan adelante el proyecto de ley para expropiar la Estancia Alegría, propiedad del Grupo Willersinn, ubicada en el distrito de Tacuatí.
Pastor Soria (ANR-San Pedro), Pastor Vera Bejarano (PLRA-San Pedro), Freddy D’Ecclesiis (ANR-San Pedro), María López (PLRA-Central), Andrés Rojas (PLRA-Concepción), Manuel Trinidad (PLRA-Alto Paraná), Vicente Rodríguez (ANR-San Pedro) y Derlis Maidana (ANR-Misiones) dejaron todo bien claro en la reunión de prensa de este lunes 21 de octubre:
“Todo está legalmente establecido; las comisiones están legalizadas; tiene dictamen de las comisiones y se han arrimado documentaciones a la Dirección de Catastro, Registro de la Propiedad y, la Cámara de Diputados, en uso de sus atribuciones, ha dado la media sanción”.
Esto significa lisa y llanamente que el mejor esfuerzo de desarrollo de un capital privado no tiene importancia alguna para los legisladores, dispuestos a destruir por completo una unidad productiva modelo, parcelándola para crear uno de esos asentamientos que seguramente será abandonado a su suerte, como ocurre con todas las iniciativas de esa clase.
NO ES LATIFUNDIO – Estancia Alegría no es un latifundio, y mucho menos, improductivo.
Los legisladores se han burlado de la manera más grosera del Estatuto Agrario que en su artículo 9 expresa:
“Considérase latifundio improductivo y, consecuentemente, sujeto a expropiación, el inmueble agrario que, conforme a las prescripciones de esta ley, no se encuentre racionalmente utilizado”.
En su artículo 4°, el estatuto completa la definición: “Considérase que un inmueble se encuentra eficiente y racionalmente utilizado cuando observa aprovechamiento productivo sostenible económico y ambiental de por lo menos el 30% (treinta por ciento) de su superficie agrológicamente útil”.
Estancia Alegría cumple con el 100% de esa condición con sus áreas de agricultura, ganadería, bosques implantados y agroindustrias, es decir, las tres patas de la sostenibilidad: económica, ambientel y de responsabilidad social.
Así que, ni latifundio ni improductivo. Sí una valiosa tierra que con el desarrollo actual, ubicación y servicios que la rodean tiene un valor de mercado de más de US$ 6.000 la hectárea.
Un “bocado”, en suma, cercano a los US$ 9.000.000.
¿Tendrá el Indert, que deberá cargar con la cuenta, el dinero para sumar, a esos 9 millones, toda la plusvalía acumulada por una unidad en plena producción? ¿Tendrá que agaregar otros diez o quince millones de dólares a su pasivo que ya supera los US$ 107.000.000?
QUE BUSQUEN MEJOR — Los honorables deberían buscar mejor y encontrarían tierra disponible sin tener que destruir una unidad productiva en plena actividad.
En el Censo Agropecuario de 2008, el Ministerio de Agricultura y Ganadería encontró en el departamento de San Pedro más de 511.000 hectáreas -el 34% de la superficie departamental- en manos de pequeños campesinos en fincas de menos de 20 hectáreas.
Eso quiere decir que en la región Oriental, primero el Instituto de Reforma Agraria (IRA), luego el Instituto de Bienestar Rural (IBR) y finalmente el Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT) repartieron a lo largo de 45 años nada menos que 2.261.755 hectáreas, siendo el Departamento de San Pedro el más beneficiado con esa acción. El jamás completado Servicio de Información y Recursos de la Tierra (SIRT) detuvo su trabajo tras censar 336 colonias de las más de 1.200 que se estima ha adjudicado el organismo en todo el tiempo indicado.
Eso, hace más de una década.
El Indert sigue sin saber cuántas colonias tiene y cuánta de la tierra repartida en reforma agraria sigue en manos de sus adjudicados originales.
Se estimaba, por entonces, que apenas del 25 al 30% de esa extensión estaba racionalmente utilizada, entre los que se encontraban asentamientos como Tava Guaraní que, con sus 7.700 hectáreas, era considerado por el Indert ya en 2009 como un asentamiento irregularmente administrado con menos del 4% de su superficie en explotación racional.
Tierra hay, incluso en el deparatamento de San Pedro. Sólo que hay que saber buscarla, sin anteojeras ideológicas ni objetivos populistas que esconden, además, oscuros negocios con la tierra.
LOS DIPUTADOS EXPROPIADORES