Investigadores de las universidades de Dalhousie y McMaster de Canadá levantan encendida polémica con su estudio.
HALIFAX, Nova Scotia (Canadá) – Martes 1 de octubre de 2019 — La mayoría de las personas pueden seguir comiendo carne roja y procesada como lo hacen ahora.
Es la conclusión a que llegó un panel de científicos internacionales dirigidos por investigadores de las universidades de Dalhousie y McMaster de Canadá, quienes revisaron sistemáticamente la evidencia y han recomendado que la mayoría de los adultos continúen comiendo sus niveles actuales de carne roja y procesada.
El estudio está detalladamente publicado en el portal American Association for the Advancement of Science (AAAS). Los investigadores realizaron cuatro revisiones sistemáticas centradas en ensayos controlados aleatorios y estudios observacionales que evaluaron el impacto del consumo de carne roja y carne procesada en los resultados cardio metabólicos y de cáncer.
“NO ES UN ESTUDIO MÁS” — En una revisión de 12 ensayos con 54,000 personas, los investigadores no encontraron una asociación estadísticamente significativa o importante entre el consumo de carne y el riesgo de enfermedad cardiaca, diabetes o cáncer.
En tres revisiones sistemáticas de estudios de cohorte -diseño analítico observacional- que siguieron a millones de personas, se comprobó que un hipotético menor riesgo entre los que comían tres porciones menos de carne roja o procesada a la semana era incierto.
Los autores también realizaron una quinta revisión sistemática que analizó las actitudes de las personas y los valores relacionados con la salud en relación al consumo de carnes rojas y procesadas. Encontraron que la gente come carne porque la ven como saludable, les gusta el sabor y son reacios a cambiar su dieta.
Bradley Johnston, PhD y profesor asociado de salud comunitaria y epidemiología en la Universidad de Dalhousie, dijo que el equipo de investigación admite que su trabajo es contrario a muchas directrices nutricionales actuales.
«Pero no se trata de un estudio más sobre la carne roja y procesada, sino de una serie de revisiones sistemáticas de alta calidad que dan como resultado recomendaciones que consideramos mucho más transparentes, sólidas y fiables», dijo.
Johnston añadió: «Nos centramos exclusivamente en los resultados sanitarios y no tuvimos en cuenta el bienestar de los animales ni las preocupaciones medioambientales al hacer nuestras recomendaciones. Sin embargo, simpatizamos con el bienestar de los animales y las preocupaciones ambientales, ya que varios de los miembros del panel de directrices han eliminado o reducido su ingesta personal de carne roja y procesada por estas razones«.
“DIFICIL DE REFUTAR” — Una publicación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana dijo: «Esto es sin duda polémico, pero se basa en la revisión más exhaustiva de la evidencia hasta la fecha. Debido a que esa revisión es inclusiva, aquellos que busquen refutarla difícilmente encontrarán evidencia apropiada con la cual construir un argumento«.
Gordon Guyatt, presidente del comité de directrices y profesor de McMaster, dijo que el grupo de investigación, con un panel de 14 miembros de siete países, utilizó una rigurosa metodología de revisión sistemática y métodos GRADE que califican la certeza de la evidencia para cada resultado, para pasar de la evidencia a las recomendaciones dietéticas y desarrollar sus directrices.
«Existe un interés mundial por la nutrición y, en particular, por la cuestión de las carnes rojas. La gente necesita poder tomar decisiones sobre su propia dieta basándose en la mejor información disponible«, dijo.
Otros investigadores que participaron en el trabajo fueron los de los Países Bajos, Polonia y España, y el comité de orientación incluyó tanto a laicos como a científicos. No había fuentes primarias de financiación externa.