La multinacional alemana asegura que, mientras tanto, el glifosato “seguirá teniendo una función importante en la agricultura”.
Bayer va a intensificar las alianzas con investigadores de malezas en todo el mundo a fin de desarrollar soluciones específicas para agricultores a nivel local. “Estas inversiones en Investigación y Desarrollo tienen como objetivo mejorar el conocimiento de los mecanismos de resistencia y desarrollar nuevas formas de acción” informaron voceros de Bayer.
La multinacional alemana afronta las consecuencias de haber absorbido a la norteamericana Monsanto, desarrolladora de productos para la agricultura de precisión sujetos a una fuerte polémica, entre los que se cuenta el herbicida Roundup elaborado en base al polémico glifosato.
La controversia en torno al glifosato y a los OGM recorre habitualmente tribunales de todo el mundo.
En Europa, el Tribunal General de la Unión Europea ha obligado a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) a publicar los estudios que le sirvieron de fundamento para asegurar que el herbicida glifosato no suponía peligro de generar cáncer en los humanos.
Sin embargo, el glifosato ha sido declarado cancerígeno por varios tribunales en EEUU. En mayo de este año, un jurado popular de Oakland (California) ordenó a Monsanto, propiedad de Bayer, a pagar 2.000 millones de dólares a una pareja de ancianos al considerar que un herbicida a base de glifosato les causó cáncer. No obstante, las autoridades estadounidenses de protección medioambiental (Environmental Protection Agency) reafirmaron que el uso del glifosato es seguro y que no es cancerígeno cuando se usa de acuerdo a las recomendaciones del fabricante.
Aún así, el gigante químico-farmacéutico con sede en Leverkusen, en Renania del Norte-Westfalia, ha dispuesto invertir US$ 5.500 millones en los próximos 10 años a fin de encontrar nuevos productos y métodos innovadores de control de malezas que le permitan reemplazar el producto estrella que le trae tantos problemas.