
CAPPRO afirma que el proyecto del Poder Ejecutivo agrava errores del pasado al discriminar a las industrias procesadoras de oleaginosas.
La Cámara Paraguaya de Procesadoras de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO) aseguran, en su boletín de mayo, que «la propuesta de reforma tributaria aprobada por el Senado va en dirección contraria a la visión de desarrollo industrial y representa, a nuestro entender, un paso atrás en el camino del desarrollo económico del Paraguay«.
Añade luego que «esta propuesta del Ejecutivo, no solo repite errores del pasado, sino que los agrava, al intentar nuevamente discriminar a nuestra industria y darle un tratamiento tributario distinto al de todos los exportadores de productos industriales, equiparando las exportaciones de la industria aceitera con las operaciones de exportación de productos en estado natural».

«Con esto -afirma la entidad gremial- se está desconociendo el impacto de la industrialización de materias primas agrícolas como generador de desarrollo económico sostenible, debido a que agrega valor y genera más oportunidades de empleos formales en nuestro país. Es lamentable que, con esta miopía tributaria y visión recaudadora de corto plazo, la industria aceitera pierda competitividad».
Cambio de reglas tributarias
Los industriales afirman luego que «la seguridad jurídica es un presupuesto clave para hacer inversiones en un país. Sin embargo, en menos de 5 años, la constante en nuestro sector ha sido el cambio en las reglas tributarias, generando incertidumbre y desalentando inversiones. Por estos motivos, consideramos que, de aprobarse sin modificaciones en Diputados, la reforma tributaria representará un nuevo golpe contra nuestro sector y una fuerte barrera para el crecimiento del modelo industrial y un contrasentido de grandes proporciones».
Poniendo el tema en el contexto mundial, los industriales afirman que «mientras el mundo reclama cada vez más alimentos, Paraguay renuncia a fabricarlos para limitarse a ser un proveedor de materias primas sin valor agregado. Los efectos negativos de esta reforma tributaria en nuestro sector, se traducirán en una disminución de las exportaciones de productos industrializados -harina y aceite- afectando a la recaudación de impuestos directos. Además, las agroindustrias, tendrán menor competitividad generada por tener que “exportar impuestos” (IVA), lo que llevará a una menor utilización de la capacidad instalada, incluso ocasionando cierre de plantas, con lo cual se prescindirá de empleos directa e indirectamente relacionados a las actividades industriales y se estimulará la exportación de soja en estado natural, actividad que requiere mucha menos mano de obra».