Tienen gusto a carne, son jugosas como la carne… pero no son de carne.
Si usted oyó hablar alguna vez de la “hemoglobina de soja”, está en el camino correcto. Pero lo cierto es que la mayoría de las personas no tienen idea de qué se trata. La hemoglobina vegetal se conoce desde hace tiempo pero nunca se la había probado como sustitutiva de la carne bovina, la que habitualmente integra las conocidas hamburguesas.
Un tiempo se utilizó la hemoglobina de remolacha pero más recientemente, se ha logrado desarrollar un producto que tiene la misma textura, gusto y aroma de la carne de vaca. Desde 1936 se viene observando la presencia de este compuesto en los nódulos rojos de las raíces de la soja. Su función consiste en captar nitrógeno del suelo, de donde se deduce la extraordinaria importancia de su misión.
Ahora se ha logrado producir una materia que, a decir de su principal usuario, una conocida cadena de hamburgueserías, “sabe a carne, huele a carne y hasta sangra como la carne”… pero no es carne.
Antes de volcarla al mercado, sus propulsores tuvieron que esperar el dictamen de la Agencia Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos que finalmente aceptó al producto como apto para el consumo humano.
Así que la próxima hamburguesa que Ud. se coma podría no proceder de algún establecimiento ganadero sino más bien de una granja de producción sojera. Y si no le aclaran nada, es muy probable que no esté en condiciones de distinguir qué es carne y qué es soja.