En 1921, el Dr. Pedro Ciancio enumeró las virtudes de esta oleaginosa sin imaginar el impacto que tendría su cultivo en el futuro.
Con datos del libro “Pedro Nicolás Ciancio – El introductor de la soja en el Paraguay” – Beatriz Gonzalez Bosio – Editorial El Lector.
El doctor Pedro Nicolás Ciancio fue precursor de una agricultura que jamás imaginó se podía haber dado en el Paraguay que lo vio nacer en 1892, en Caazapá. Estudió ciencias médicas en la Universidad de Nápoles y al cabo de seis años obtuvo el título de Doctor en Medicina. Ciancio fue un entusiasta propulsor del cultivo y consumo de la soja, encontrando hacia 1921 en esta oleaginosa una fuente interesante para el balance proteínico de la alimentación paraguaya a un costo razonablemente accesible a la población.
Ciancio creía en la soja como suplemento nutricional pero soñaba que se convirtiera en eje alimentario de la población paraguaya.
Sus conclusiones estaban fundamentadas en un análisis metodológico de las cualidades nutricionales de la soja frente a otras fuentes tradicionales de alimentación.
El siguiente cuadro es producto de sus investigaciones:
Desde que en 1921 introdujo la planta al Paraguay, el Dr. Ciancio se preocupó, desde el prestigio de su cátedra, de darle importancia a la diseminación de lo que él sin exageraciones consideraba el milagro vegetal, pues la soja -en sus propias conclusiones científicas- “es el único alimento vegetal capaz de suplir la calidad alimentaria de la carne y la leche, sin crear los problemas de salud asociadas a la grasa animal”.
El Dr. Ciancio fue un visionario, pero ni él pudo imaginar que su prédica iba a desembocar, décadas más tarde, en el principal cultivo agrícola del Paraguay y en rubro líder en las exportaciones a través de lo que hoy se conoce como “la cadena de valor de la soja”.