Si el Gobierno quiere que creamos sus declaraciones sobre “mejorar la calidad del gasto”, que comience reformando la delirante semántica presupuestaria.
La Real Academia Española define la semántica como la “disciplina que estudia el significado de las unidades lingüísticas (palabras) y de sus combinaciones”. Esta versatilidad de la lengua castellana está siendo aprovechada al máximo por los administradores –o habría que decir, malversadores- del tesoro público para ir adjudicando al funcionariado privilegiado plus salariales que con el tiempo van estratificándose y convirtiéndose en “derechos adquiridos”.
Un simple vistazo a las planillas de ministerios, oficinas y entes públicos diversos nos permitió elaborar el siguiente gráfico en el que constan el nombre y descripción de cada ítem, algunos de los cuales no tienen una definición técnica ni siquiera gramatical. Son datos de solo dos entes públicos: Banco Central y ANDE.