Un estudio canadiense halló que mientras más grasa total y proteína animal se consume, más bajas son las tasas de mortalidad cardiovascular.
Este sorprendente hallazgo fue publicado en Nutrients, una revista científica de acceso abierto y revisada por expertos que publica revisiones, trabajos de investigación regulares y comunicaciones breves sobre todos los aspectos de la nutrición. Tambien la prestigiosa revista The Lancet se hace eco de estos hallazgos.
La publicación reunió y analizó datos de salud y nutrición provenientes de mas de 150 países. En el mismo se afirma que el consumo total de grasa animal estaba menos asociado con el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por el contrario, el informe relata que el consumo de carbohidratos, particularmente los provenientes de cereales y trigo, estaba más asociado con el desarrollo de enfermedades del aparato cardiocirculatorio.
Los datos recopilados en este estudio, asociados a revisiones sistémicas de ensayos controlados aleatorios (ECA), no encontraron una asociación entre la ingesta de grasa saturada y el riesgo de enfermedad cardíaca.
También se apoya esta publicación en la evidencia del reciente estudio global PURE Prospective Urban and Rural Epidemiological(PURE) publicado en The Lancet en diciembre pasado. En él se encontró que aquellas personas que comían las mayores cantidades de grasas saturadas tenían tasas de mortalidad significativamente reducidas, mientras que quienes lo hacían en menores cantidades tenían un mayor riesgo de apoplejía.
Abanico de 60 alimentos
Este nuevo estudio comparó la ingesta promedio de 60 alimentos con las tasas de obesidad y la esperanza de vida en 158 países. En él se encontró que existía una relación entre el consumo de alimentos específicos y el aumento de la presión arterial, la muerte por enfermedades cardiovasculares y el aumento de la glucosa en sangre (hiperglucemia), típicos factores de riesgo asociados a las enfermedades cardiovasculares.
La evaluación de datos nutricionales abarca un amplio espectro, de 1993 a 2011, hallándose que el consumo total de grasa y el consumo de grasa animal eran los factores dietéticos menos asociados con el riesgo de enfermedad cardiovascular y que el consumo elevado de carbohidratos, especialmente los cereales y el trigo, era el factor dietético más asociado a la aparición de trastornos en el aparato cardiocircultorio. En resumen, mientras más grasa total y proteína animal se consume, más bajas son las tasas de mortalidad cardiovascular.
Respecto a un marcador muy tenido en cuenta por los médicos, el colesterol total, “el mismo –dice el estudio- está compuesto por las diferentes sub-partículas de colesterol LDL, colesterol HDL, colesterol VLDL y triglicéridos (TG), por lo que agruparlas todas juntas como colesterol total no nos dice nada sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular. Sabemos que las grasas saturadas en la dieta aumentan constantemente el colesterol HDL «bueno», que aleja el colesterol de las arterias y lo devuelve al hígado, donde puede ser reutilizado o eliminado”.
Y concluye: “Por lo tanto, una mayor ingesta de grasas saturadas elevará el colesterol HDL «bueno», que a su vez elevará el colesterol total. El aumento del colesterol total no es algo malo».
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