La última encuesta ha mostrado que un 50% de las empresas industriales alemanas están considerando retirarse de Alemania.
ASUNCION, 08-08-2024 (Especial para Chaco 4.0) — Actualmente estoy de vacaciones en Alemania. La única «crisis climática global» que puedo percibir es el atontamiento sistemático de la humanidad con la ideología climática y la destrucción asociada de su base económica de vida.
He aquí mis últimas conclusiones:
ALEMANIA EN RECESIÓN
La economía alemana está en recesión. Cada vez más empresas con producción industrial cierran o abandonan el país. La última encuesta ha mostrado que un 50% de las empresas inustriales alemanas están considerando retirarse de Alemania. La razón son los exorbitantes costes energéticos provocados por la «transición a la energía verde» (la electricidad es cinco veces más cara en Alemania que en Paraguay).
Lo que me llama la atención es la creciente radicalización de los interlocutores alemanes. La falsa idea de que el CO2 es un contaminante peligroso y que hay que evitar su emisión a toda costa se ha instalado de forma inerradicable en la mente de los consumidores de medios de comunicación y tiene la máxima prioridad en todas las decisiones que toman los funcionarios y las empresas dependientes del Estado.
SIN DIALOGO FAMILIAR
Por primera vez, he comprobado en el seno de mi familia que ya no hay voluntad de discutir el papel del CO2. Un sobrino tiene un alto cargo directivo en ENBW, una de las principales empresas de suministro energético de Alemania. Mantuvimos una animada discusión sobre los puntos fuertes y débiles de las energías renovables, muy volátiles, y también sobre cómo pueden colmarse las inevitables e irregulares brechas de suministro de estas fuentes.
Todos los métodos de generación de electricidad con fuentes de energía fósiles (probadas y estables durante décadas) se ven ahora sólo como una solución transitoria y como un «mal necesario por el momento». En un futuro próximo, el suministro estable de electricidad se garantizará con hidrógeno «verde» (procedente de la electrólisis del agua), tal como se argumenta. El hecho de que esto sea técnicamente posible en teoría, pero que inevitablemente provoque un nuevo y considerable aumento del precio de la electricidad (debido a ciertas propiedades indeseables del H2), no parece desempeñar ningún papel en la argumentación de ENBW.
RIGUROSAMENTE PROTEGIDA
Las empresas alemanas de generación de electricidad pueden producir las energías renovables (y solamente estas) en un ámbito totalmente protegido de los rigores del mercado. Los usuarios y, sobre todo, las empresas industriales están obligados por ley a consumir una proporción cada vez mayor de energía renovable.
El aumento asociado de los precios está llevando a la quiebra y a la migración de empresas industriales, pero no, hasta ahora, a un cambio en la política climática y energética. Cuando le dije a mi sobrino que la demonización injustificada del CO2 era la única razón de esta equivocada evolución energética y económica, me contestó que todos mis parientes ya conocían mi actitud al respecto, pero que no estaba dispuesto él a discutirla conmigo. Por lo tanto, interrumpió la conversación en este punto y no quiso volver a tratar el tema.
Me quedé con la certeza de que el observable declive económico de Alemania se debe a una política climática completamente equivocada, incrustada en un ruido propagandístico y engañoso de los medios de comunicación, combinado con la perversa ideología de demonizar el CO2, que es nutriente y unica fuente de carbono para la vida.
SE EVAPORÓ LA PUNTUALIDAD
Otras experiencias también confirman el declive de Alemania. Llegamos puntualmente a Fráncfort en avión cuando viajábamos desde Paraguay. Por precaución, habíamos comprado pasajes por Internet para un viaje en el ferrocarril a casa de mi hija. El tren salió de Fráncfort con 20 minutos de retraso. La duración prevista del viaje era de menos de dos horas con un transbordo. Al final, llegamos a nuestro destino con seis horas de retraso, cambiando de tren tres veces, y tuvimos que tomar un taxi para los últimos 20 kilómetros. Entre tanto, uno de nuestros vecinos, que viajó al Mar del Norte en tren, en estos días, tuvo una experiencia catastrófica similar a la nuestra el día que llegamos a Alemania. De la época anterior al cambio de milenio, recuerdo el ferrocarril alemán como completamente puntual y fiable. También aquí veo una conexión con la equivocada política climática y energética.
Gracias a Dios, la verdaderamente destructora «crisis climática global» (que consiste en la politica climática absurda que observamos) aún no ha llegado a Paraguay.
¡Luchemos contra cada ley, cada decreto, cada tratado internacional que demoniza el nutriente vital CO2 y de esta manera viola nuestros intereses existenciales!