
Por un 60% de votos cerraron el paso a otra ley que buscaba prohibir el uso de determinados agroquímicos.
ASUNCION, 16-06-2021 (Chaco 4.0) — Los suizos tienen una gran tradición democrática que ejercen con plenitud y eficiencia a través del referendum, procedimiento jurídico por el que se somete a votación popular una ley o un asunto de especial importancia para el país. El que realizaron el pasado domingo 13 de junio dio un sonoro portazo a tres de los temas consultados.
El primero de ellos se titulaba Por una Suiza libre de pesticidas sintéticos, que pedía la prohibición de estos productos en un plazo de 10 años, así como la importación de bienes alimentarios producidos en el extranjero con pesticidas sintéticos o que los contengan. La segunda propuesta era Por un agua potable limpia y una alimentación saludable, que apuntaba a endurecer los requisitos para otorgar subvenciones gubernamentales a los agricultores. Es sabido que la agricultura europea funciona con fuertes subsidios estatales para mantenerse en competencia.
Ambos planteos recibieron el rotundo «no» del 61% de los ciudadanos consultadosd.
Otro punto del referendum comprendía la denominada tasa climática que preveía una serie de medidas para reducir en un 50 % las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2030 y limitar el calentamiento global a 1,5 grados, de acuerdo a los compromisos asumidos por Suiza en el Acuerdo de París sobre cambio climático.
En este caso, el 50,1% de los suizos dijo que nó, suponiendo que la vigencia de dicha tasa iba a generar un aumento inmediato en el precio de los combustibles.
OPOSICION DE PRODUCTORES — Desde que se conoció la existencia de estos proyectos de ley, las asociaciones de agricultores, incluso algunas dedicadas a la agricultura ecológica, estaban en contra de ambas propuestas, que juzgaban extremas ya que podrían provocar una caída de la producción local y hasta poner en peligro el aprovisionamiento de alimentos en Suiza.
En lo que respecta a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la ley rechazada contemplaba el impulso de las energías renovables además de una serie de impuestos sobre los combustibles fósiles.
Este último punto despertó la inmediata suspicacia de los suizos, ya que podría derivar en un aumento sobre la gasolina y el diésel, así como en los billetes de avión y en el combustible que se utiliza para la calefacción.
UN CASO PARTICULAR — Alrededor del 25 por ciento de la población suiza trabajaba en la agricultura antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
Esa cifra se ha reducido en la actualidad a un 3 por ciento.
Muchos de los granjeros que quedan sobreviven porque tienen una segunda ocupación. Las granjas con más de 20 hectáreas se han resistido a esa tendencia, pero el número va aumentando. Los agricultores suizos necesitan 2.500 millones de francos por año en pagos directos o subsidios del Estado, sin tener en cuenta si hacen frente o no a la competencia.
Algunos cálculos dan a entender que los gastos de la agricultura suponen a los contribuyentes suizos unos 4.000 millones de francos por año, unos US$ 4.400 millones.