“Si vuelvo, armo milicias populares”.
Cristian Nielsen, Editor
Evo Morales terminó mostrando su verdadera naturaleza. Es uno de esos casos bien diferenciados de personajes antidemocráticos que se sirven de la democracia para llegar al poder y luego intentar quedarse para siempre en él.
Al cocalero del Chapare no le funcionó la estrategia. Quiso reformar la Constitución para eternizarse en el Poder Ejecutivo y perdió. Llamó a un referéndum pro reelección indefinida y perdió. Y cuando quiso quedarse por la vía de las elecciones –luego de hacerse dar una resolución de la Corte Suprema para candidatarse en violación abierta de la Constitución-, no tuvo otra ocurrencia que intentar amañar sus resultados cuando vio que los bolivianos le estaban diciendo, una vez más, que ya no lo querían en el Palacio de Gobierno. El resultado de ese fraude ya es sabido: Evo huyó de Bolivia, y tras un periplo por México y Cuba, terminó aterrizando en Argentina al amparo y protección del nuevo turno de kirchneristas en el poder.
Exiliado o refugiado, todo político que se acoge a este derecho en un país extranjero sabe que no puede comprometer a sus anfitriones con actividades partidarias, proselitistas o con declaraciones extremas que puedan causar irrisión en su país de origen.
Evo se mofó de todo eso. Hace algunos días, desde su bunker en Buenos Aires, dijo que si vuelve a Bolivia va a organizar milicias populares armadas. Hasta sus propios correligionarios del Movimiento al Socialismo repudiaron sus dichos, aún cuando sea de boca para afuera. Porque de esta gente, nunca se sabe…
Morales sigue un libreto redactado en La Habana y perfeccionado en Caracas. Chaves y Maduro comprendieron que la lealtad de las fuerzas armadas constitucionales en un régimen dictatorial dura hasta que el panqueque se da vuelta. Por eso armaron los “colectivos” caraqueños, verdaderas cáfilas de asesinos a sueldo dotados de armas y motos para aterrorizar a la población a cualquier hora, en cualquier lugar, por cualquier razón. Evo está lamentando no haber llegado a esa etapa. Hoy, desde su ostracismo, sueña con volver y armar a sus seguidores para el asalto definitivo al poder. Porque en su delirio megalómano, Morales cree ser el único capaz de gobernar Bolivia.
Los bolivianos saben a qué se exponen si su ex presidente cocalero retorna y encara la “etapa revolucionaria”. Eso significa, parafraseando a Cristina Kirchner: “Si vuelvo, voy por todo”.
Evo mostró su hilacha de dictadorzuelo desmesurado y delirante.
Cuidado, bolivianos.