La Cámara de Senadores mandó al archivo un proyecto de ley que buscaba gravar la cadena de la soja con el 15% a las exportaciones.
Con argumentos mezclados, juicios de valor, afirmaciones sin fundamento y estadísticas amañadas, los distintos intentos de imponer un gravamen a la exportacion de productos de la cadena de valor de la soja fueron cayendo uno tras otro. Consignamos aquí dos de los proyectos, el segundo de los cuales fue rechazado y enviado al archivo este jueves 16 en la Cámara de Senadores.
El primer intento
Primero fue un proyecto pergeñado en 2012 por el senador Mario Cano Yegros. Entre otras cosas, hacía estas afirmaciones:
-”Gran parte de las divisas ingresadas por la exportación de los granos en estado natural que se pretende gravar, queda en manos de particulares y dentro de ella de un grupo importante de extranjeros que remiten considerable remesas al exterior”.
-“La mayor riqueza nacional que poseemos es la calidad y aptitud de los recursos naturales que se encuentran en nuestro territorio, los cuales son progresivamente degradados por el ejercicio de la agricultura”
-“El crecimiento progresivo de la valoración de los commodities en el mercado internacional”
-“ El gravamen con un porcentaje ínfimo sobre el valor de exportación no comprometerá en absoluto el desarrollo y crecimiento sostenido de los agro-negocios en Paraguay”
Con esta “iniciativa” se pretendía imponer una tasa del 3% en el caso de la soja y en el caso de maíz y girasol en estado natural en un 2%.
Este proyecto nunca caminó.
Después, el Frente Guasú
Fue en 2014 cuando los senadores del Frente Guasú Fernando Lugo, Esperanza Martínez, Hugo Richer, Carlos Filizzola y Sixto Pereira elaboraron otro proyecto que ofrecía estos otros “argumentos”:
-“Desigualdad en la tenencia y la consecuente explotación de la tierra: 2% de la población detenta el 80% de las tierras”.
-“Más de 8 millones de hectáreas de tierras mal habidas, es decir en manos de personas que usurparon los derechos del pueblo”.
-“El sector sojero tiene una utilidad de más de 60% sobre su rubro”.
-“El poco empleo generado por estos rubros, por el nivel alto de mecanización y
la nula industrialización de los rubros producidos”.
-“La migración acelerada de los campesinos hacia la ciudad, por la pérdida de arraigo generada por la presión del agronegocio”.
En base a esta mescolanza de enunciados, los senadores proponentes planteaban imponer una tasa del 15% sobre el valor total de la exportación de soja, maíz y trigo “en estado natural”.
Este es el proyecto que, tras rodar cinco años por el Congreso, fue finalmente enviado al archivo.