
La urbanización y el avance de la producción agropecuaria con herbicidas reduce el habitat de muchas malezas que solían integrar la mesa diaria.
Actualmente, en muchos países se está buscando revertir ese proceso. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina organiza unos talleres dinámicos en forma de caminata para la identificación botánica de especies que crecen de manera espontánea y que pueden convertirse en complemento de las comidas.
Así han sido identificadas especies como la carqueja, que los guaraníes ya habían clasificado como jaguarete ka´a. También una planta conocida como diente de león, amargón, taraxaco o panadero; también el huevito de gallo o uvita del campo, además de la achicoria, radicheta, philliyuyu (en idioma quechua), radicchio o radichia.
INTA organiza desde hace tres años los denominados talleres dinámicos de los que los participantes aprenden a identificar las plantas comestibles, conocen sus propiedades y recolectan semillas para multiplicarlas en la huerta hogareña. También se van clasificando las virtudes nutricionales de cada variedad, especialmente aquellas que contribuyen a aromatizar y condimentar todo tipo de alimentos.
En la Región Pampeana Norte, la gente utiliza algunos yuyos como alimento. La palabra ‘yuyo’ -que proviene del quechua yuyu, hortalizas- tiene en la Argentina una acepción despectiva. Sin embargo, en el Perú se aplica a las hierbas tiernas y comestibles, y en Colombia y Ecuador a las hierbas condimentarias.(INTA)