Temple de acero
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El Presidente Brasilero Jair Bolsonaro dijo en un acto en Itaipú: “Hubo un hombre que tuvo una visión, que su país necesitaba de energía para seguir creciendo”. Acto seguido, rindió homenaje al ex Presidente Alfredo Stroessner.
Por Carlos Bado Capli (*)
Hace pocos días el Presidente Brasilero Jair Bolsonaro durante un acto en la Represa de Itaipu decía: “Hubo un hombre que tuvo una visión, que su país necesitaba de energía para seguir creciendo” y rindió homenaje al ex Presidente del Paraguay, Gral. Alfredo Stroessner.
No quisiera entrar en cuestiones que no vienen al punto de la concepción de la Itaipu Binacional, una mega obra de ingeniería que tiene de socios a Paraguay y Brasil y de la cual Stroessner fue, con su gobierno, el principal responsable de que nuestro país sea copropietario.
En 1872, apenas terminada la Guerra contra la Triple Alianza y con Asunción aún invadida por las tropas brasileras, se firma el tristemente recordado Tratado de Paz y Límites LOIZAGA-COTEGIPE, donde luego de haber dejado de lado al gran diplomático José Falcón, el gobierno nacional cedía grandes extensiones de territorio al Imperio Invasor.
“El territorio del Imperio del Brasil se divide con el de la República del Paraguay por el cauce y canal del río Paraná, desde donde comienzan las posesiones brasileñas en la boca del Yguazú hasta el Salto Grande de las Siete Caídas del mismo río Paraná. Del Salto Grande de las Siete Caídas continúa la línea divisoria por la cumbre de la sierra de Mbaracayú hasta donde ella concluye (…)”.
Desde aquel entonces, el Brasil asumía que el Salto de las Siete Caídas (Salto del Guairá posteriormente para los paraguayos) era posesión brasilera, por sobre todo en el sector donde luego se realizaron estudios de aprovechamiento hidroeléctrico.
En el año 1930, a instancias de la hábil cancillería brasileña, se decidió nuevamente demarcar la frontera ya pactada en el año 1872 y fue en esta ocasión que por primera vez mostraron su interés sobre la totalidad del Salto exhibiendo un mapa buscando modificar el Tratado. Brasil ya tenía estudios previos que hablaban del potencial de los Saltos, y Paraguay se encontraba distraído mirando al Chaco.
En el año ’55, Brasil inicia oficialmente los estudios sobre el aprovechamiento hidráulico de los Saltos y en 1962, estos planes son publicados en el periódico Jornal do Brasil. El Gobierno de Stroessner reacciona enérgicamente.
Entre 1963 y 1964 Stroessner y el entonces Presidente brasileño Joao Goulart negocian, y se logra que el Brasil anuncie que se harían estudios en conjunto. Meses después Goulart es depuesto por un golpe militar encabezado por el general Humberto de Alencar Castelo Branco.
En 1965, Brasil instala un destacamento militar en territorio paraguayo, tomando los Saltos y toda su área de influencia. El Gobierno de ese país definitivamente no quería a Paraguay de socio en este emprendimiento. Ese mismo año, diplomáticos paraguayos son apresados por militares brasileros mientras ejercían actos de soberanía en el territorio por órdenes del Gral. Stroessner.
Desde aquel momento, el Gobierno de Stroessner se enmarcó en una lucha diplomática para reivindicar sus derechos sobre los Saltos. El Paraguay no estaba dispuesto a entregar nuevamente su territorio como en la post guerra y es conocida la postura de la Cancillería Brasilera de Itamaraty de no ceder un centímetro en divergencias territoriales.
Fruto de estas negociaciones, y mediante la audacia de la diplomacia paraguaya, en 1966 se firma el Acta de Foz de Iguazú entre los cancilleres Raúl Sapena Pastor y Juracy Magalhaes, mediante el cual y por primera vez, el Brasil reconocía la soberanía paraguaya sobre los saltos. Paraguay lograba así una gran victoria diplomática y su entrada formal a la sociedad hidroeléctrica proyectada.
A consecuencia de esto, en 1973 se firmó el Tratado de Itaipú donde Paraguay y Brasil se convierten en aliados en la explotación hidroeléctrica de la represa. El resto es historia conocida.
Podremos estar de acuerdo o no en muchas cosas con el periodo de Gobierno del Gral. Stroessner, pero sería una injusticia histórica no reconocer su relevancia, primero, en la reivindicación de los Saltos del Guairá y luego en el nacimiento de la Itaipu Binacional.
El Presidente Bolsonaro no se ha equivocado al decir que por la visión de nuestro ex presidente hoy somos parte de este emprendimiento binacional.
(*) Carlos Bado Capli es miembro de integrante de Future Team, movimiento juvenil de caracter internacional. Estudió liderazgo juvenil en el Instituto Internacional Histadrut, Israel. Actualmente, cursa una licenciatura en relaciones internacionales en la Universidad Nacional de Itapúa – UNI.
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2020 © Chaco 4.0 | Por: UPLOAD
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